La campana de Villarroya se queda colgando en plena celebración de San Juan

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Este domingo en Villarroya todo el mundo miraba hacia arriba. El pueblo celebraba este fin de semana las fiestas en honor a su patrón, San Juan. Poco antes de la celebración, mientras tocaban para llamar a la misa más concurrida del año en esta pequeña iglesia, el eje de la campana principal cedió, dejándola suspendida en lo alto del campanario.

La iglesia parroquial de San Juan Bautista permaneció cerrada durante décadas. Su estado de deterioro y el abandono general del pueblo, provocaron un cierre obligado que pesaba especialmente a un municipio con gran devoción a su patrón. Entre los años 1999 y 2001, la fuerza del pueblo puso la solución a esta situación.

Gracias a las donaciones de la Asociación de Amigos de Villarroya, de los vecinos y la subvención del Gobierno de La Rioja, la iglesia fue restaurada. Una vecina hizo las vidrieras, otro pulió los suelos, otro restauró el altar, uno más el confesionario... Poco a poco la iglesia fue resucitando, al mismo tiempo que lo hacía el pueblo, restaurado también por sus propios descendientes que hicieron incluso las calles con sus propias manos.

Por eso, el susto de este fin de semana tenía también un punto nostálgico por tratarse de una herida en una de sus joyas.

Afortunadamente todo quedó en un susto, la campana será retirada y no ha provocado daños mayores. En ese momento nadie estaba en el campanario ya que, desde hace un par de años, las campanas se tocan de forma automática. Además, el perfecto equilibrio permitió que no se dañase la torre y que la campana no cayese.