El próximo 1 de junio los rumanos acuden a las urnas a elegir sus representantes en las corporaciones locales. En el puerto de Constanta, en el Mar Muerto, uno de los candidatos, apodado El Elefante, ha lanzado su campaña desfilando a lomos de uno por el centro de la ciudad. “Come guisantes”, bromea Victor Manea (su oponente se apellida Mazare, que significa 'guisante' en rumano).
Miles de alcaldes y concejales serán designados en estas elecciones, que también suponen un examen de popularidad para el actual gobierno de centro.
Entre otras excentricidades, un candidato de la ciudad de Arad ha impreso carteles en los que aparece a modo de Jesucristo en la Última Cena. El lema: 'Creo en mi equipo'. Otro de los carteles más llamativos es el que muestra un dedo envuelto en un preservativo. El candidato (del municipio de Bistrita), quiere mostrar a los ciudadanos que les protegerá de la corrupción reinante.
Otro aspirante a alcalde ha impreso su nombre en los huevos de venta en supermercados. Empezarán a venderse a una semana de la votación.