Los últimos balances dan más víctimas. Por ahora, la cifra oficial de muertos por el terremoto que el pasado día 13 de abril sacudió la provincia occidental china de Qinghai, situada en la meseta tibetana, ha ascendido a 2.039 personas, informó la agencia estatal Xinhua. Además, unas 195 personas continúan desaparecidas, según estos nuevos datos hechos públicos este martes.
Hasta las 8.00 hora local de ayer se habían contabilizado 1.206 réplicas del seísmo de 7,1 grados, según infromó la Administración de Terremotos de China. Una de ellas alcanzó una magnitud de entre 6 y 6,9 grados, mientras que las demás fueron de entre 3 y 4,9. Sin embargo, las secuelas se han ido suavizando y las réplicas registradas desde el sábado por la mañana no han superado los 3 grados.
Llegan las primeras ayudas
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) anunció este lunes el envío a la zona de ropa de abrigo, tiendas de campaña y provisiones para ayudar a los niños afectados por este seísmo, que son los más vulnerables a las temperaturas bajo cero que se están registrando estos días en la región.
“Este terremoto afectó a una de las comunidades más pobres y remotas de China”, afirmó Yin Yin New, representante de UNICEF y jefe del equipo de gestión de desastres de la ONU. “Estamos preocupados por el impacto [de las bajas temperaturas] en los niños y sus familias”, añadió.
UNICEF, a petición de las autoridades chinas, enviará 5.000 conjuntos de ropa de abrigo, 150 tiendas de campaña y 2.000 mantas. También se está preparando el envío de 2.000 pares de botas de invierno infantiles, 5.000 equipos de estudio para niños, 500 pizarras, ambulancias, generadores eléctricos y equipos médicos.