Teniendo en cuenta las tasas estandarizadas de mortalidad, se observa que de las 766,2 defunciones por 100.000 habitantes registradas en el año 2007, en 241 de ellas intervino decisivamente alguna enfermedad cardiovascular (lo que supone más de un 31%). Si se tienen en cuenta las tasas brutas de mortalidad, se estima que de los 858,8 fallecimientos/100.000 hab. por cualquier causa hay un total de 276,6 que se deben a una ECV.
Dentro de las enfermedades cardiovasculares, según las tasas estandarizadas de fallecimientos en 2007, la que se asocia con una mayor tasa de mortalidad por 100.000 habitantes en España es la cardiopatía isquémica (74,2), con una incidencia significativamente mayor en hombres que en mujeres (86,8 vs 61/100.000 hab.); en segundo lugar, se sitúan las enfermedades cerebrovasculares (63,9/100.000 hab), que tienen una especial repercusión en el sexo femenino (71,5 vs 55,7/100.000 hab.).
También se recogen valores absolutos de las defunciones y las altas hospitalarias. Según los datos recopilados por el INE en el 2007, se documentan 124.126 defunciones por EVC, 67.128 de ellas registradas en mujeres y 56.998 en hombres; la cardiopatía isquémica y las enfermedades cerebrovasculares son las que más contribuyen a engrosar estas tasas (30% y 27%, respectivamente, del total de muertes por ECV). En cuanto a las altas hospitalarias, se contabilizan más de 610.000 por enfermedad cardiovascular, siendo mayor el número en hombres que en mujeres (340.165 vs 270.284). Es decir, se evidencia que la mortalidad por ECV es superior en las mujeres, aunque las altas hospitalarias por esta causa son significativamente superiores en los hombres.
De este análisis se deduce, fundamentalmente, la gran repercusión de las ECV en la morbilidad de la población española. La tasa estandarizada de morbilidad es de 1.238 personas por 100.000 habitantes. Por sexo, se descubre un mayor impacto de la morbilidad en hombres que en mujeres (1459/100.000 hab vs 1115/100.000, respectivamente); aunque la distribución es relativamente homogénea por enfermedades, resalta fundamentalmente la mayor morbilidad provocada por la cardiopatía isquémica en los hombres que en las mujeres (429 vs 181/100.000 hab).
Por otra parte, se determina que la estancia media hospitalaria por el padecimiento de alguna enfermedad cardiovascular es de 8,3 días (sin diferencias significativas por sexos). Por enfermedades, las de origen cerebrovascular son las que se asocian a un mayor tiempo de hospitalización (11,1 días de media), mientras que la angina es la patología cardiovascular que requiere de media menos días de estancia hospitalaria (5,5). En general, no hay diferencias sustanciales entre hombres y mujeres en lo que respecta al tiempo que precisan de hospitalización por el padecimiento de cualquier tipo de ECV. La hospitalización por enfermedades cardiovasculares representa un importante porcentaje del coste sanitario.
Aunque el informe confirma que España sigue siendo un país “privilegiado en cuanto a la protección cardiovascular”, López de Sá resalta que “este beneficio podría perderse si no se acometen con urgencia y determinación medidas de prevención cardiovascular”. Así, recuerda que “en gran parte de las ocasiones, la muerte por enfermedad cardiovascular es prevenible”. El estudio constata también las marcadas diferencias entre CC.AA. en cuando la incidencia de las ECV en la mortalidad total y evidencia cómo se mantiene el clásico eje norte-sur y costa-centro.