La FHC suma carencias humanas y materiales que afectan a la calidad asistencial

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Los trabajadores de la Fundación Hospital de Calahorra sólo piden atender de forma “decente” a sus pacientes. Así lo asegura el Comité de Empresa del centro que ha querido denunciar una situación, derivada en su opinión, de la “carencia de gobierno ya que no hay nadie con un mínimo conocimiento de gestión sanitaria con capacidad para tomar una decisión”.

Según afirman, la situación del personal del centro sigue empeorando. “No sólo la carencia de medios humanos es insoportable y peligrosa y se soportan irregularidades laborales”, aseguran, “lo peor es el desprecio de la Consejería hacia la asistnecia sanitaria pública en La Rioja Baja”. En este sentido, han denunciado la falta de inversiones y de planificación necesaria para la renovación de equipos, lo que “aboca al hospital a una alarmante pérdida de calidad asistencial”.

Se han referido en concreto a una situación que vienen arrastrando desde noviembre del pasado año cuando se averió el PIXIS, el equipo de almacenaje de medicamentos de la Segunda Planta del hospital. Desde entonces permanecen sus cajones abiertos e inhabilitados. Eso ha obligado al personal de enfermería a poner en marcha un particular sistema de stock de medicamentos con vasos de plástico pegados a la pared.

Esta situación resulta especialmente “alarmante” si se tienen en cuenta que, entre los medicamentos almacenados en esos vasos, se encuentran también opiáceos como el Tranxilium o el Trankimazin. Tres meses sin que estas sustancias estén correctamente custodiadas, algo que el Comité de Empresa califica de “tercermundista, intolerable y peligroso”.

Por su parte, las enfermeras del centro han presentado también un documento con sus firmas en el que ponen de manifiesto su situación y piden medias urgentes. consideran insuficiente que haya dos enfermeras para cubrir el servicio de los 36 pacientes en el turno de tarde, con el riesgo que eso conlleva como “los posibles errores en la administración de un medicamento o no poder atender las demandas de los pacientes a tiempo”.

Denuncian también el deterioro del PIXIS de la Segunda Planta, lo que para ellas “dificulta mucho la obtención de medicamentos en casos de urgencia y deja las sustancias sin ningún tipo de control, con los riesgos que eso conlleva”.