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La historia, a saldar deudas con Titín

Rioja2

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Pocos confían en Titín. Pocos le ven en la final, a donde tiene que llegar ganando en la 'jaula' a quien nunca lo ha hecho, a un Aimar Olaizola que, pese a lo que asusta, no es el de otros años. Por no confiar, no lo hace ni la cátedra, que cantará 100 a 40 por el pelotari navarro. Hay demasiada coincidencia de criterios y las habituales excusas: “Titín ya es mayor”, “Olaizola es muy fuerte”, “no va a ser tan fácil como derrotar a Irujo, que estaba muy tocado”. Así que Olaizola II es el favorito para el partido que este domingo (17.00 horas, ETB-1) decidirá quién vuelve a jugar contra Barriola, esta vez en la final.

La cátedra parece olvidar, sin embargo, que Titín llega en uno de sus mejores momentos de la temporada. Tiene chispa, ha recuperado el toque y ha demostrado que es capaz de mantener la concentración incluso en los partidos más complicados. Sólo un Barriola que,a día de hoy, está a años luz de los demás, que lleva magia en las manos, le ha derrotado en el Cuatro y Medio. Pero otros dos pelotaris de la categoría de Xala e Irujo se fueron por la vía rápida.

Titín está con ganas de volver a jugar una final del Cuatro y Medio. Las dos disputadas las ha perdido y eso, para un hombre que ha revolucionado la distancia, que ha entrado al trapo como casi nadie lo había hecho, es un punto negro en su historial. Ahora tiene la posibilidad de borrarlo, aunque para ello deba superar a Aimar Olaizola, campeón manomanista y su antítesis en 'la jaula'. Si a Titín le gusta jugar de aire, dominar adelante, buscar el golpe imposible, Aimar prefiere esperar el bote, darle fuerte, jugar con violencia. La clave está en quién dominará a quien. Para Titín, estar lejos del frontis implica peligro, menos posibilidades de forzar a su rival a un error, alejarse de la final.

Hasta la historia está en contra del de Tricio. Dos ocasiones se han visto las caras el navarro y el riojano en el acotado y dos han sido los triunfos para el de Goizueta. El primero, allá por 2005 en el Adarraga logroñés. Un doloroso 22-14 fue el preludio de lo que, un año después, volvió a repetirse en el Ogueta alavés. En 2006 Olaizola se llevó otra vez el gato al agua con un 16-22 que volvió a frustrar las esperanzas de la afición riojana.

Pero la historia, que al final imparte justicia, le debe una 'txapela' del Cuatro y Medio al de Tricio. Este domingo en el Ogueta de Vitoria tiene una buena oportunidad para saldar cuentas.