Se han pronunciado medios de comunicación y también un amplio sector de la Cultura, así como algunos de los historiadores de prestigio en la actualidad. Todos coincidían en solicitar a la Real Academia de la Historia que revise sus primeros 25 tomos del Diccionario Biográfico Español, ese repaso histórico a España que defiende el director de la institución, Gonzalo Anes.
El pasado jueves 26 de mayo se presentaron los 25 tomos iniciales
, la mitad de la colección. Y uno de los puntos que han levantado más ampollas es el de los capítulos referentes a la biografía deFranco, escrita por Luis Suárez, uno de los académicos de la Historia. En su visión de lo que fue el Franquismo, el dictador no es citado en ningún momento como tal sino como “Generalísimo o Jefe de Estado”. De él se destaca en el repaso a la guerra civil su carácter para conseguir vencer al enemigo, que define cmo una mayoría. Se omite, por ejemplo, el perfil opresor de Franco y se dice que, tras su victoria, “montó un régimen autoritario, pero no totalitario”. No se habla de las alianzas con los regímenes fascistas de Italia o Alemania, sino que Luis Suárez establece que estalló “Una guerra larga de tres años le permitió derrotar a un enemigo que en principio contaba con fuerzas superiores. Para ello, faltando posibles mercados, y contando con la hostilidad de Francia y de Rusia, hubo de establecer estrechos compromisos con Italia y Alemania”.
Representantes del exilio español se han movilizado y han denunciado al Ministerio de Educación por el Diccionario publicado por la Real Academia de la Historia, que por otro lado desde 1999 ha recibido una subvención de casi siete millones de euros para la entrega actual de sus 25 primeros tomos. Es cierto que tanto el Educación como Cultura se han mostrado “estupefactos” en el análisis que se ha hecho de la lectura de los datos recogidos. Los exiliados también han expresado su malestar porque consideran que en las biografías de personajes como Negrín, Azaña o Largo Caballero, “no se corresponden los hechos históricos”, sino que hay “un intento de reescribir la historia reciente”.
Han llovido muchas críticas sobre su autor, Luis Suárez, a causa de cuyas palabras solicitan al Gobierno que paralicen las ayudas a la Real Acadamia de la Historia. Incluso los exiliados han remitido una cara a Ángel Gabilondo en la que indican que el académico e historiador está “vinculado a la Fundación Francisco Franco, es presidente de la Hermandad del Valle de los Caídos y miembro del Opus Dei y ha sido el encargado de escribir sin rigor histórico la biografía del dictador Francisco Franco, a quien en ningún momento define como un militar sublevado contra el Gobierno legítimo de la II República o como un sangriento dictador, responsable de centenares de miles de asesinatos y desapariciones”.
La presencia biográfica de las mujeres es de apenas un siete por ciento del total de la obra presentada y, en el período de la guerra civil, se habla de Santiago Carrillo como alguien que “aplicó una política de terror revolucionario” frente a la presentación parcial que se hacía del general Franco. Frente a ello, el director de la Real Acadamia de la Historia, Gonzalo Anes, subraya que “es muy difícil conseguir la objetividad absoluta” cuanto más nos acercamos a la actualidad. En defensa de Suárez alega que a los jóvenes de hoy en día “les resulta más familiar el término de autoritario que dictatorial, porque quizá no sepan bien lo que es un dictadura”.
Algunos miembros de la Academia se han negado a participar en este proyecto, en el que además se habla no de guerra civil sino de “guerra de liberación”, así como se describe este período como “cruzada” o bien se identifica a los maquis con “terroristas” o “bandoleros”. En ese reescritura de la Historia se menciona, por ejemplo que: “El 7 de noviembre de 1938 comienza la nueva misión, en ese momento difícil por la guerra de liberación que se vivía en España, de capellán de la Prisión Provincial”. Se habla de liberar a España, para cuya misión Franco era el encomendado, que se convirtió en un “gobernante católico, inteligente y moderado”, toda vez que desarmó “al ejército rojo” que quedó “cautivo y deesarmado”.