¿Por qué sube tanto la luz? Es una pregunta que todos nos planteamos cada vez que cogemos del buzón la factura. Una factura, por cierto incomprensible, que no ayuda en nada a despejar el interrogante.
Ladislao Martínez estuvo ayer en Logroño para intentar explicarlo invitado por Ecologistas en Acción. Es profesor de instituto de Física y Química en Madrid pero además miembro activo del movimiento ecologista desde 1980. Además ha contribuido en la redacción de diversos planes energéticos alternativos pensados para minimizar el impacto ambiental de la energía y documentos para promover el uso de energías renovables. Fue representante del ecologismo durante varios años en el Consejo Consultivo de Hidrocarburos de la Comisión Nacional de la Energía.
El uno de abril, entró en vigor el nuevo recibo de la luz y según el Gobierno central supondrá un ahorro para los usuarios.
Sí, pero el Gobierno habla de lo que le resulta favorable. Lo que el Gobierno quiere decir es que se ha hecho una mejora con respecto a la legislación anterior, algo que sí es cierto. Es cierto que el precio que corresponde a la energía de la factura de la luz no se determina a través de una subasta como se hacía antes porque la subasta se elimina. Ahora se fija directamente a partir del mercado mayorista. Como consecuencia de esto se va a producir un ahorra de 280 millones de euros, pero lo que no dice es todo lo demás.
Y los ciudadanos, ¿vamos a notar este ahorro del que habla?
Sí que lo vamos a notar pero también es cierto que vamos a tener una factura infinitamente más compleja que antes. La factura que todos conocemos es una factura con un periodo de duración importante. Sabíamos que durante un trimestre íbamos a pagar siempre el mismo precio por la electricidad pero, con el nuevo modelo, cambia drásticamente.
¿En qué sentido?
Los consumidores que tengan un contador inteligente, como los siete millones que ahora mismo hay instalados, pagarán cada hora un precio distinto por la electricidad. Y los que tengan un contador analógico, como el que tenemos la mayoría, tendrán que mirar la página web de Red Eléctrica Española para saber cuál es el precio de la electricidad porque, también será distinto cada hora. Con respecto al año pasado, sí que habrá un pequeño abaratamiento porque hay un elemento de costes que desaparece, la subasta.
Aún así, el nuevo recibo no ha sido bien recibido por los consumidores.
Lógico porque lo que el Gobierno no nos está contando es que, a partir de ahora, la factura de la luz va a ser extremadamente compleja. De esta forma, cualquier persona que sospeche que la compañía que le suministra la electricidad le está cobrando de más, tendrá por delante una misión casi imposible porque como cada periodo horario tendrá un coste distinto, el consumidor tendrá que saber cuándo ha consumido la electricidad. No cuesta lo mismo un kilovatio hora a las dos de la mañana que a las siete de la tarde, va a ser un verdadero problema. A partir de ahora habrá un cierto abaratamiento pero también una incertidumbre absoluta porque no se podrá comprobar con fiabilidad cuál es el precio de la electricidad.
Habla de un cierto abaratamiento pero la sensación que tenemos los consumidores es distitna.
No hay más que ver la estadísticas de los precios de la luz en el sector doméstico de 2006 a 2013. Durante estos años, la luz ha subido para los hogares españoles un 98%. La electricidad en España en periodo de crisis ha subido casi un 100% para los hogares españoles.
¿Y para el resto?
Pues es curioso porque se habla de mercados, de competencia, de transparencia a la hora de fijar los precios pero la realidad es que los consumidores pagamos algo menos de 20 euros por megavatio hora sin contar impuestos. Una cantidad muy superior a la que paga el sector industrial que apenas llega a siete euros. Es decir, los usuarios domésticos pagamos casi tres veces más de lo que paga el sector industrial. Y las personas reconocidas como frágiles económicamente pagan el doble de lo que paga el sector industrial. Algo escandaloso porque precios desmesuradamente altos están siendo repercutidos de forma muy desigual.
En esta historia, ¿hay ganadores y paganos?
Claramente. Los propietarios de las centrales hidroeléctricas y nucleares están obteniendo unos beneficios desmesuradamente altos frente a unos costes de generación bajos porque las centrales ya se han amortizado. En su día tuvieron un marco legal para favorecer su amortización debido a los altos costes de construcción. Y cuando cambian las cosas, se vuelve a modificar el sistema de forma que este tipo de energía, la nuclear y la hidroeléctrica, sigan teniendo unos altos beneficios. Por ejemplo, el debate que está generando la central de Garoña, no existiría si el sistema de retribución fuera el de antes. Garoña es una central obsoleta, idéntica a la de Fukushima que quebró antes del maremoto y lo saben. ¿Por qué entonces esta puga de si ponerla o no en marcha? Porque el sistema de retribución es desproporcionadamente alto. Los beneficios son escandalosos. Existen beneficios caídos del cielo, no justificados, para tecnologías obsoletas. Están ganando muchísimo dinero con este tipo de instalaciones y no debería ser así porque ya están amortizadas.
¿Y qué hay del déficit tarifario?
Aquí está otro de los ganadores. El déficit acumulado se inicia en el año 2000 con Rodrigo Rato como responsable de la política energética. Con la regulación absolutamente ridícula en la que estamos inmersos, el año pasado los consumidores pagamos por la electricidad 4.000 millones de euros menos de lo que estaba reconocido que realmente costaba. En este sentido, el Gobierno central está mareando la perdiz y está haciendo justo lo contrario de lo que dijo que iba a hacer. En 2013, el PP dijo que iba a acabar con el déficit de tarifa y es rigurosamente falso porque el déficit de tarifa estructural es 4.000 millones de euros. Y es aquí donde entran en juego los capitales financieros, los que prestan ese dinero al Estado, un dinero que habrá que devolver con el tiempo y al que habrá que sumar los intereses.
Y los terceros ganadores, los grandes consumidores de energía y los eternos chantajistas. Siempre están hablando del gasto que supone para ellos cualquier subida de la electricidad y de la posibilidad de trasladar sus naves a otros países. Así funcionan, y gracias a esta presión a los gobiernos de todos los colores, tienen unos precios de electricidad escandalosos.
Muchos ganadores y un único perdedor… ¿hasta cuándo seguiremos siendo los consumidores los únicos paganos?
Es lo que pretendo con este tipo de charlas, desvelar el funcionamiento del sistema eléctrico. De hecho se dice popularmente que si te han explicado el funcionamiento del sistema eléctrico y lo has entendido, te lo han explicado mal. Es deliberadamente complejo porque lo que pretenden es que la gente no se entere de cómo funciona este sector porque si lo supiera, la indignación sería notable. Si ha habido crisis, lo normal es que se repartan los costes de la crisis equitativamente. Nosotros los consumidores sabemos lo que nos ha costado la crisis, la luz ha subido para nosotros un 100%, los que nos prestan el dinero para cubrir el déficit tarifario, ¿cuánto han perdido? ¿Por qué los grandes consumidores pagan la mitad que un ciudadano pobre por la electricidad? Los costes se deberían repartir de forma equitativa.