155.000 habitantes de La Rioja han respirado aire contaminado por ozono durante la primavera y el verano de 2017. El Informe sobre la Contaminación por Ozono de Ecologistas en Acción concluye que la mitad de la población y la práctica totalidad del territorio riojano han estado este año expuestos a unos niveles de este contaminante que exceden lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
El cambio climático, el repunte del tráfico, el fraude en las emisiones de los automóviles y la apuesta gubernamental por las energías sucias en detrimento de las renovables figuran entre las causas de un problema que afecta de manera estructural a la salud de la ciudadanía, pero también a los cultivos y espacios naturales.
El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en 455 estaciones oficiales de medición de ozono instaladas en todo el Estado español, entre ellas 5 situadas en La Rioja.
Menos tráfico y más transporte público, posibles soluciones
El ozono troposférico es el contaminante atmosférico que año tras año afecta a más población y territorio. Durante 2016 sus niveles han aumentado en general respecto a los de 2016 y 2015. La contaminación generada desde la ciudad de Logroño, las autopistas y autovías y las centrales térmicas de ciclo combinado en de Castejón (Navarra) y Arrúbal se extiende por el territorio afectando a zonas más alejadas y rurales en la forma de ozono troposférico.
El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia el valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de acuerdo al cual el aire contaminado por ozono ha afectado en 2017 a la mitad de la población y a todo el territorio riojano salvo la ciudad de Logroño. Si se considera el valor objetivo establecido por la normativa, más laxo que la recomendación de la OMS, no habría población que respira aire contaminado por encima del objetivo legal, como es habitual en La Rioja desde hace años.
La Rioja respiró aire contaminado en 2016
Ecologistas en Acción cree que la contaminación por ozono debería abordarse como un problema sanitario de primer orden y apunta a que “la información a la ciudadanía por parte de las administraciones públicas no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema”.
Las principales vías de actuación para reducir la contaminación del aire por ozono en La Rioja son la disminución del tráfico motorizado, la reducción de la necesidad de movilidad y la potenciación del transporte público. Es necesario además dar facilidades al tránsito peatonal y a la bicicleta en las ciudades. Así como la adopción generalizada de las mejores técnicas industriales disponibles, la sustitución de los disolventes orgánicos por agua y la reducción drástica de la generación eléctrica en centrales térmicas.