La operación militar 'Plomo fundido' del Ejército israelí ha causado la muerte de alrededor de 1.300 personas y la destrucción del quince por ciento de los edificios de la Franja de Gaza, según informó hoy la agencia humanitaria de noticias de la ONU, IRIN. La Franja de Gaza vive hoy una situación de “calma relativa” por primera vez en tres semanas, después de que tanto Israel como el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) declarasen cada cual su propio alto el fuego.
Esta calma ha permitido conocer la dimensión de la tragedia humanitaria. Ejemplo de ello es el hallazgo de un centenar de cadáveres en zonas hasta ayer inaccesibles, lo cual eleva a cerca de 1.300 el número de víctimas mortales, según las cifras de la agencia de la ONU de apoyo a los refugiados palestinos (UNWRA), unas cifras que podrían aumentar, según IRIN. El número de heridos ronda los 5.400.
Según las agencias que siguen operando en Gaza, la mayoría de los civiles que huyeron de sus hogares a lo largo de estas tres semanas han empezado a regresar, cargando todos sus bienes a lomos de burro.
No obstante, muchos de ellos no tienen adónde ir, porque, según estimaciones del Ejército israelí y de fuentes palestinas que operan sobre el terreno, durante la operación fueron destruidos el quince por ciento de los edificios de la Franja de Gaza y las infraestructuras han causado daños de diversa consideración.