La pesadilla de los trabajadores de Lanas Stop continúa. Hace un año que el director general de la empresa, José Ignacio Achiaga, pidió ayuda a sus trabajadores para “intentar sacar adelante la empresa”, recuerda Marisa Tabernero,una de las trabajadoras de Lanas Stop. Ayuda que los trabajadores accedieron a prestar porque “estábamos en el mismo barco, en juego estaba también nuestro pan y por eso accedimos a retrasar el cobro de las pagas extras”. Ya entonces, apunta, Achiaga no quiso comprometer por escrito el pago de esta pagas extras “y es así como llegamos a diciembre cuando Achiaga quiso descolgarse del convenio colectivo”, pretensión que no se llevó a cabo por la oposición de un sindicato.
Pasó el tiempo y los trabajadores de Lanas Stop seguían sin cobrar. Deciden entonces denunciar la situación ante los tribunales y reivindicando en la calle que les paguen lo que es suyo. “Somos 67 personas en la empresa de los que actualmente trabajamos 48 en la planta de Navarrete”. En la actualidad, cuenta Tabernero, han hecho una reestructuración de plantilla y únicamente vamos ocho personas a trabajar cada semana. Reestructuración que “no ha afectado al personal administrativo”.
La empresa se declaró en pre-concurso de acreedores el 26 de febrero. En el mes de abril ya llegó el concurso de acreedores adeudando a las 67 trabajadoras seis nóminas. En estos momentos, la deuda suma siete mensualidades. Siete meses sin cobrar que ya han hecho mella en la economía de esta familias. “Hay situaciones dramáticas porque las letras de las hipotecas siguen llegando cada mes, hay parejas con tres hijos.. los gastos siguen llegando y la situación se está convirtiendo en insostenible”.
Una situación que los trabajadores no comprenden porque la “empresa sigue teniendo trabajo” algo que también sorprende al propio administrador concursal. “Hay muchos pedidos y muchos de ellos no los podemos servir porque se ha dejado de comprar materia prima, pero pedidos sí que tenemos cuando lo normal en este tipo de situaciones es que no los haya”.
Los trabajadores no entienden “qué está pasando” y sospechan que “la empresa no quiera seguir adelante con este negocio y por eso ha presentado el concurso de liquidación”. Decisión que los trabajadores respetan, no sin antes, “cobrar el dinero que nos deben por haber realizado nuestro trabajo”. En los últimos cinco años, recuerda, “la empresa ha recibido 1,4 millones de euros en concepto de subvenciones”. Empresa que ahora parece quiere cerrar dejando en la calle a 67 trabajadoras. “Llevamos 40 años trabajando en esta empresa y nos quedamos en la calle con una edad muy complicada. Rondamos los 50 años, una edad muy complicada para poder volver al mercado laboral con lo que nuestra jubilación también está en peligro”.
Por esta razón, los trabajadores de Lanas Stop seguirán reivindicando y movilizándose en la calle para seguir exigiendo lo que es suyo, “queremos cobrar por el trabajo realizado, ni más ni menos”.