La labor de rescate de los 29 mineros ha pasado a la fase de recuperación de cadáveres, así lo informaron las autoridades de Nueva Zelanda encargadas de contactar con estos hombres que después de una explosión de metano quedaron atrapados en un túnel de 2,3 Km. de largo.
“Creemos que nadie ha sobrevivido y que todo el mundo habrá perecido. Es una de las cosas más trágicas que he tenido que hacer como agente de la policía” dijo el agente de la policía, superintendente Gary Knowles.
Los familiares de los mineros reclaman a las autoridades competentes no haber bajado al subsuelo a buscar a sus parientes, a lo que estos responden que no podían arriesgar sus vidas debido a la existencia de gases tóxicos, teniendo en cuenta que otra explosión podía tener lugar en la mina.
El método empleado para la jornada de rescate fueron robots y dispositivos electrónicos que no dieron pista alguna de los 24 neozelandeses, dos australianos, dos británicos y el sudafricano atrapados en este túnel de la isla del sur de la localidad de Greymouth.