La policía portuguesa no publicó el retrato robot que realizó a partir de las declaraciones de dos testigos, uno británico y otro portugués, en relación con el caso Madeleine. La publicación en la prensa británica de esta laguna en la investigación del caso ha enfurecido al matrimonio McCann, que en su día llegó a ser sospechoso de la desaparición de su hija Madeleine.
El ministerio público portugués archivó el caso de la desaparición de la pequeña Madeleine porque no se pudo confirmar ninguno de los indicios que llevaron a la policía a declarar como sospechosos a sus padres y porque tampoco se pudo demostrar qué le ocurrió a la niña, si está viva o muerta, según consta en el proceso de investigación que el pasado 4 de agosto se hizo público.
La fiscalía considera que “aunque, como hipótesis, se admitiese que Gerald y Kate McCann pudiesen ser los responsables por la muerte de la niña, faltaría por explicar cómo, por dónde, cuándo, con qué medios, con la ayuda de quién y en dónde se deshicieron del cuerpo en tan corto espacio de tiempo del que, para eso, habrían dispuesto”, dice el despacho que archiva el caso, firmado el pasado 21 de julio, por los fiscales del ministerio público Joao Melchior Gomes y Jose de Magalhaes y Menezes, que dirigieron esta investigación.
Los fiscales indican que son “circunstancias objetivas” las que justifican la “no implicación de los 'argüidos' padres de Madeleine en cualquier actuación penalmente relevante”, como no estar en el apartamento cuando la niña desapareció o su “comportamiento normal adoptado hasta esa desaparición y posteriormente”.
Además, añaden que, “en realidad, ninguno de los indicios que llevaron a su constitución como sospechosos obtuvo una confirmación o consolidación posterior”. Y destacan que los McCann no conocían los terrenos que rodeaban el Ocean Club y “además de los amigos ingleses que veraneaban con ellos allí, no tenían amigos o conocidos en Portugal”, concluyen los fiscales.
El ministerio público luso, indica que, a pesar de las 700 personas interrogadas y las dos mil diligencias efectuadas por la policía, “no se consiguió ningún elemento de prueba que permita (...) formular cualquier conclusión lúcida, sensata, seria y honesta sobre las circunstancias en que se verificó la retirada de la niña del apartamento (si viva, si muerta, si muerta por homicidio negligente o por homicidio doloso, si objeto de rapto organizado o de oportunidad), ni enunciar si quiera un pronóstico consistente sobre su destino. Incluso, lo más dramático, saber si todavía está viva o si está muerta, como parece más probable”.
SOSPECHOSOS POR COMPORTAMIENTO EXTRAÑO
Entre la numerosa documentación del proceso, recogida en 17 volúmenes con 45.000 hojas y nueve anexos integrados en 55 volúmenes, aparecen los motivos de porque la policía decidió constituir como 'argüidos' a los padres de Madelenie. El principal motivo parece ser que los padres tenían un “comportamiento extraño”. Aunque la fiscalía desestimó todas ellas al no considerarlas probadas.
Entre esos informes aparece una carta que el inspector Ricardo Pais envío a Gonzalo Amaral, en ese momento coordinador del caso, dos días antes de que interrogase a los padres y los constituyese en sospechosos. En ella se dan las razones de porqué fueron constituidos arguidos.
En ella, Ricardo País explica que el comportamiento de los McCann comenzaba a ser “extraño” y querían “convencer” a la policía judicial de que siguiesen investigando la tesis del rapto. “Asistí a diversos comportamientos extraños por parte del matrimonio que gradualmente fue reaccionando de forma muy negativa a las investigaciones de la PJ, en especial cuando, debido a la utilización de los medios cinotécnicos ingleses de detección de olor a cadáver, surgió la hipótesis de que Maddie McCann hubiese muerto”.
Además, la PJ reconoce que el apartamento de donde desapareció la niña pudo ser contaminado por diversas personas lo que provocó perjuicios irreversibles para sustraer pruebas. Los investigadores, tal como se lee en un informe del 10 de septiembre realizado por un inspector, parecen no tener dudas de que esa contaminación se realizó a propósito por los padres de Madeleine, aunque no lo pudieron demostrar, como “medida de autodefensa”.
Pero a pesar de esas sospechas nada pudieron probar, tal como se lee en el despacho de la fiscalía para cerrar el caso, en el que dice que “los investigadores tienen plena conciencia de que su trabajo no está exento de imperfecciones; trabajaron con un enorme margen de error, y lo que alcanzaron es bien poco en términos de resultados concluyentes, en especial sobre la suerte de la infeliz niña”.
DESCARTADO DELITO DE NEGLIGENCIA
Pero además de dejar claro que no hay nada que demuestre que Kate y Gerry McCann tuvieron algo que ver en la desaparición de su hija, la fiscalía concluye que el matrimonio no cometió ningún delito de abandono o negligencia al dejar a los hijos solos en el apartamento mientras cenaban ya que “es manifiesto que ninguno de los sospechosos Gerald o Kate actuó con dolor” ya que “no podían prever que en el complejo que habían elegido para pasar unos días de vacaciones pudiesen poner la vida de sus hijos en peligro”.
Los magistrados consideran que los padres “ya están expiando la pesada pena --la desaparición de Madeleine-- por su descuido en la vigilancia y protección de sus hijos”.
SOSPECHOSO EN EL CASO MADELINE
Dos retratos robots del sospechoso en el caso Madeleine han sido difundidos por primera vez al levantarse el secreto de sumario del caso. Se realizaron tres días después de la desaparición de la pequeña Madeleine McCann. Junto a este dibujo hay fotografías de los lugares claves de la investigación así como los infomes del Ministerio Fiscal y la policía portuguesa. Aunque el sumario es público las primeras revelaciones sobre su contenido han aparecido en la prensa británica.
Las imágenes del sospechosos son similares. Muestran a un joven de raza blanca, ojos oscuros y profundos. Esa fue la descripción que ofreció el turista británico Derek Flack, según informa el el diario Daily Telegraph en su edición digital. Flack vio a un hombre que actuaba de manera sospechosa cerca del apartamento donde los McCann pasaban sus vacaciones, en Praia da Luz (Portugal). Otro testigo, Lance Purser, aseguró haber visto a un hombre de similares características en el tiempo en que desapareció la niña de tres años.
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