Las protestas antigubernamentales, en las que se pide el fin del mandato del presidente yemení Alí Abdulá Salé, con 32 años en el poder, se han extendido a una zona tribal considerada como el bastión del mandatario, y se han desplegado vehículos militares en la capital.
Unos 10.000 manifestantes marcharon en Dhamar, a unos 60 kilómetros al sur de Saná, según los habitantes de la ciudad. Dhamar es conocida por sus vínculos con el presidente, y es el lugar de nacimiento del primer ministro y del ministro del Interior.
La marcha en contra del gobierno yemení se realizó dos días después de que los leales al régimen llevaran a cabo una protesta a favor del Gobierno y con un número similar de participantes.
Las protestas en Yemen, junto con una serie de dimisiones entre los aliados políticos y tribales del presidente, están presionando cada vez más para que Salé abandone el poder, a pesar de que en el inicio de las revueltas prometió que se mantendría en el poder hasta que acabase su mandato en 2013.
En Saná, donde miles de antigubernamentales están acampados desde hace semanas, se han desplegado vehículos militares y policiales con agentes de seguridad armados por las calles de la capital, aumentando las preocupaciones de posibles enfrentamientos.
Saná ha permanecido en calma en los últimos días, después de los enfrentamientos entre los leales al régimen y los manifestantes de las últimas semanas, en las que murieron 27 personas.
En la localidad de Ibb, al sur de la capital, los manifestantes protestaron en las calles por el ataque con palos y piedras de un grupo de leales al régimen contra un campamento de antigubernamentales el pasado domingo. Unos 60 manifestantes resultaron heridos.
Miles de manifestantes permanecen acampados en las principales ciudades yemeníes, donde están despiertos por la noche para escuchar discursos y cantan canciones nacionales. Sus reivindicaciones se han endurecido con los días, mientras la oposición ha pedido un aumento de las protestas.
Ayuda económica para erradicar las protestas
El ministro de Asuntos Exteriores yemení, Abubakr al Qirbi, culpó de las protestas políticas a las condiciones de la economía, en la que el 40 por ciento de los 23 millones de yemeníes viven con menos de 2 dólares al día y un tercio sufre hambre crónica.
El ministro explicó que pretende que los donantes extranjeros inyecten unos 4.300 millones de euros para rellenar un vacío en el presupuesto del próximo lustro y además presentará este mes un plan de desarrollo para el país a los países donantes, entre los que se incluyen los aliados europeos y del golfo Pérsico, al igual que Estados Unidos.
La semana pasada, Salé rechazó un plan de la coalición de la oposición por el que se llevarían a cabo reformas políticas y electorales que permitirían su salida en 2011, aunque aceptó un paquete de reformas más modesto propuesto por una serie de clérigos.