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La Residencia de Estudiantes recoge en el audio libro 'La voz de Ángel González'

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La Residencia de Estudiantes recoge en el audio libro 'La voz de Ángel González' (Publicaciones de la Residencia de Estudiantes) las explicaciones y los versos recitados por el propio poeta en mayo de 1989 y en junio de 2001 dentro del ciclo 'Poeta en Residencia'.

La directora de la residencia, Alicia Gómez Navarro, destacó hoy que “Ángel González fue uno de los primeros poetas que participó en el ciclo de lecturas de poemas, con una primera intervención en la que recitó una selección 16 poesías de su antología poética en mayo de 1989, así como la lectura de cinco poemas del libro 'Otoño y otras luces', que el poeta realizó en junio de 2001 con motivo de su reciente publicación”.

“La voz de Ángel González vuelve a estar entre nosotros y como si de un milagro se tratase nos devuelve a su persona tal y como la recordamos”, destacó hoy el poeta y compañero de generación de González, Francisco Brines. “Ángel sabía recitar muy bien y su poesía siempre fue cristalina porque transparentaba sus sentimientos y vivencias”, añadió.

RECUERDOS DE UN COMPAÑERO DE GENERACIÓN

Brines recordó que el poeta Carlos Bousoño les presentó por primera vez. “No cambió prácticamente en su forma de ser pero sí en su físico”, comentó el poeta quien recordó que “González cambió su aspecto físico de policía -en unas lecturas de poemas en Barcelona donde no le conocían, le confundieron con un infiltrado de la Policía- por el aire aristocrático que le dió esa barba de la que no se separó”. “Ángel causó una gran conmoción entre los poetas de la época cuando siendo aún muy joven recitó su primer libro de poemas, 'Áspero mundo'”, puntualizó.

Brines comentó que “González cantaba siempre con aire melancólico”, y que “le gustaba la bebida pero que, a diferencia de otros poetas bebedores que acababan la noche con monólogos ebrios, González era capaz de escuchar y seguir manteniendo conversaciones amenas con una sonrisa esbozada en los labios, aunque llegase a su casa seseando hasta el portal”. “González siempre fue leal y fiel a sus poetas, defendiendo incluso a compañeros como Gabriel Celaya que acumulaban opositores y otros que pertenecían a otra camada, como Juan Ramón Jiménez”, añadió.

Para Brines, aunque Ángel González decidió titular su obra reunida 'Palabra sobre palabra', él consideró que podría haber elegido 'Sin esperanza, con convencimiento', “que es como muchas veces se definía a sí mismo”. “Seguramente las razones que llevaron a González a afirmar que no tenía esperanza fueron orfandad desde que era muy joven y el asesinato de un hermano en su juventud, aunque una persona con esa firme decisión en su moral como era él no podía estar exento de fe”, matizó.

HUMOR, IRONÍA Y METÁFORA

El poeta valenciano esbozó las características de la poesía de González que, según él, “se mueven en tres direcciones”. Por un lado, sus tintes autobiográficos, “siempre persistentes”; “su preocupación por el paso del tiempo circunstancial y, más adelante, por el paso del tiempo puro, o lo que es lo mismo, la toma de conciencia de que nuestra vida es efímera, que nacemos, vivimos y morimos sin excepción”; y el amor, “donde aparece el poeta más apasionado, lúcido y distanciado”.

La metáfora, los ingenios musicales utilizados con inteligencia eran algunos de los recursos estilísticos que, según Brines, González empleaba “para eludir, no sin ironía, a la censura entonces imperante”.