Las teorías matemáticas han servido de mucho en esta ocasión. Los expertos han trabajado a fondo para desgranar una propuesta que ha convencido a pocos y que para muchos -entre ellos, el propio presidente de La Rioja, Pedro Sanz- era “una auténtica locura”. Y eso que el nuevo modelo de financiación autonómica venía con un pan debajo del brazo. Un pan de 11 mil millones de euros adicionales del que se lleva la rebanada más grande Cataluña: 3.855 millones de euros. Este partida superior a la media ha levantado parte de la polémica y ha servido a las comunidades del Partido Popular para criticar el trato de favor que, a su juicio, obtiene Cataluña con el Gobierno central.
No se puede decir que la hora de la verdad ha llegado. El acuerdo que se llevará esta tarde a las 16.00 horas en el Consejo de Política Fiscal y Financiera que tendrá lugar en el Ministerio de Economía está prácticamente cerrado. Los consejeros de todas las autonomías de España podrán presentar alegaciones, sugerencias e incluso cerrar algún que otro punto que todavía está por definir, pero el reparto del pastel apenas variará.
Nuestra región recibirá 62,4 millones de euros. Una cifra a ojos del Gobierno de La Rioja insuficiente y que debería elevarse hasta los 95 millones de euros si la comunidad representara el 0,87% del presupuesto de financiación que hasta ahora obtenía en el anterior modelo de 2001. Pero La Rioja retrocede, pues el principal criterio con el que se ha elaborado el reparto -el criterio de población- perjudica a las regiones más pequeñas, con menos población, como la nuestra.
El presidente de La Rioja, Pedro Sanz, aseguraba hace unos días que desconocía datos sobre el nuevo modelo, argumentando que nadie se había puesto en contacto con él para establecer las pautas de la nueva financiación. Sin embargo, Sanz intuía que el resultado no le iba a gustar: Zapatero negociaba bilateralmente como Cataluña lo que le aseguraba a esta comunidad el trozo más grande la tarta de la financiación.
Tanto él como su homólogo castellano-leonés (el popular Juan Vicente Herrera) aseguraban que a priori el acuerdo no contaría con su apoyo ya que perjudicaba a los intereses de sus respectivas regiones. Un par de días después, la propia ministra Salgado informaba que los presidentes autonómicos ya conocían de alguna manera la cantidad aproximada que les iba a tocar en el reparto de los fondos adicionales. El pasado domingo, Salgado se ponía en contacto con ellos y les explicaba de forma más concreta en qué consistía ese reparto.
El equipo de Gobierno de La Rioja ha estudiado en estos días la propuesta del nuevo modelo de financiación. Un documento lleno de fórmulas y porcentajes algo complejo y que ha llevado tiempo para analizar y “estudiar la letra pequeña y ver que no hay ninguna trampa” tal y como decía el propio Sanz.
¿Cual será la posición del Consejero de Economía y Hacienda del Gobierno, Juan José Muñoz en la reunión de esta tarde? Pues seguramente tendrá mucho que ver con la decisión tomada ayer en una reunión en la sede de la madrileña calle Génova. El PP ha dado instrucciones a sus presidentes para una acción conjunta, común y sin fisuras, pero todo apunta a que finalmente suscribirán el acuerdo.
El secretario general de los socialistas riojanos, Franciso Martínez Aldama, adivinaba la actitud del Gobierno regional: se abstendrán o votarán que no esta tarde, votarán que no a la ley cuando llegue al Congreso y finalmente firmarán el documento para obtener el dinero. No hay muchas alternativas, el ministerio penalizará a aquellas regiones que no suscriban el acuerdo y la penalización es económica. El secretario de los populares riojanos, Carlos Cuevas ya ha dejado entrever que finalmente el Gobierno de La Rioja se va a adherir al acuerdo. “El reparto nos parece injusto pero no vamos a perder el dinero que nos corresponde” dijo Cuevas.
¿Por qué La Rioja ha perdido peso en el sistema de financiación autonómico? El Partido Riojano lo tiene claro. Los regionalistas también consideran injusto el reparto, ya que el criterio de población perjudica a La Rioja porque no tiene en cuenta circunstancias especiales de nuestra región como el envejecimiento de la población, su dispersión territorial, el aumento de la inmigración o la vecindad con territorios forales. Pero no echa balones fuera: el presidente Sanz se ha dormido en los laureles y ha dejado aparcado la reforma del Estatuto de Autonomía de La Rioja. “Las comunidades que han acudido a la negociación con sus estatutos reformados han obtenido más beneficios en el nuevo modelo ” aseveraba el presidente del PR Miguel González de Legarra. Según el líder regionalista, Sanz ha esperado a ver que hacían los catalanes para entonces reformar el estatuto riojano y pedir lo mismo que ellos y sin embargo, los catalanes le han comido el terreno.