Los rastreadores de casos de coronavirus se han convertido en una figura clave para el control de la pandemia al alcanzar la nueva normalidad. Su función principal es localizar los contactos cercanos que un positivo ha podido tener durante la etapa en la que probablemente era contagioso, es decir, tres o cuatro días antes del comienzo de síntomas, para localizarlos, aislarlos y hacerles pruebas de detección.
El País ha calculado el número de rastreadores por habitante que hay en cada comunidad autónoma, excepto Galicia, que no ha aportado este dato y Canarias, que no dispone de esta figura y la Atención Primaria asume estas funciones.
En total, hay en España 3.533 rastreadores, lo que supone uno por cada 12.000 habitantes, una cifra muy alejada del número óptimo que calculan los investigadores según una herramienta diseñada por la Administración de Servicios y Recursos Sanitarios de Estados Unidos: un rastreador por cada 5.500 habitantes.
La Rioja, sin embargo, sí aprueba. Sus 85 rastreadores suponen que haya uno por cada 3.706 habitantes y es la comunidad autónoma donde más rastreadores hay, proporcionalmente al número de habitantes e incluso, según recoge El País, con posibilidad de ampliar. De hecho, La Rioja y Castilla-La Mancha (4.766 habitantes por cada rastreador) son las únicas comunidades autónomas que mejoran el umbral óptimo de un rastreador para 5.500 habitantes.
En el otro lado de la tabla se encuentran Madrid, con 35.903 rastreadores por habitante, casi 10 veces más que La Rioja, Asturias, con 34.067 habitantes por rastreador y Cataluña, con 30.882, donde los rastreadores están teniendo problemas para controlar los brotes.