El fiscal superior de la Comunidad Autónoma de La Rioja, Enrique Stern, ha trasladado hoy a los diputados que La Rioja está “muy a la cola” en el número de jueces y fiscales “para la defensa de la legalidad”.
Stern ha acudido al Parlamento de La Rioja para hacer llegar, a los diputados de los partidos políticos con presencia en el Parlamento de La Rioja, la Memoria de la Fiscalía del Año 2014.
El fiscal jefe ha sacado varios recortes de prensa para negar, en primer lugar, que haya “ni una sola sentencia sin ejecutar”. Otra cosa, ha explicado, es que “la ejecución se dilate en el tiempo”. Pero una vez que hay sentencia, ha dicho, “se cumple” y no hay ninguna pendiente a pesar de que se haya publicado lo contrario.
Sí ha dicho que jueces y fiscales deben asumir una gran carga de trabajo al estar “a la cola” de España. Así, ha dicho que, actualmente, hay diez fiscales operativos (ya que uno está de baja).
Ha comparado cómo si el País Vasco tiene un fiscal por cada 23.000 habitantes, La Rioja tiene uno por cada 26.000 (sin tener en cuenta que uno está de baja). Además, La Rioja tiene 3,23 jueces por fiscal, “la más baja de España”.
En cuanto a los delitos, en sus casi trescientas páginas, la Memoria traduce un “clima de estabilidad”, dado que continúa el descenso anual, en un cinco por ciento, de las diligencias. Ante esto, ha entendido que “estamos tocando fondo” y no se va a disminuir más.
Las diligencias previas han bajado un 1,9 por ciento; los casos urgentes han bajado un cuatro por ciento; y los procesos preventivos han bajado de 88 a 77.
“Llama la atención” el aumento, en un cuarenta por ciento, en los delitos contra la vida, aunque no ha creído que vaya a haber una progresión. En violencia de género no hubo muertes, 650 mujeres pidieron auxilio judicial y un treinta por ciento medidas de protección.
“Una denuncia por violencia de género tiene el doble de posibilidades de progresar”, ha explicado.
Crece el uso de claves personales en Internet como venganza
El robo con violencia e intimidación sufrió un ligero descenso, mientras sí tuvieron un repunte los delitos relacionados con el descubrimiento de secretos, sobre todo, entre los más jóvenes.
Bajo este epígrafe se encuadran delitos como aprovecharse del conocimiento de las claves en Internet de una persona para mirar su correo, cuando se ha terminado una relación sentimental, o hacer compras on line en su nombre para fastidiarle.