La crisis económica no sólo está haciendo que muchas personas decidan abandonar el país para buscar opciones fuera. Según los datos del INE, se ha experimentado un claro aumento en los movimientos entre provincias, las denominadas migraciones internas.
Entre 1989 y 1995, la cifra ascendía a 1,7 millones de personas. Sin embargo, en los cinco años trascurridos entre 2008 y el verano de 2013, esa tasa migratoria se ha incrementado en un millón.
Sólo tres provincias tienen un saldo positivo, con más entradas que salidas. Son el País Vasco, Cantabria y Asturias. Barcelona se sitúa en el extremo opuesto con el peor saldo migratorio del país con una pérdida de 15.000 personas. El mayor número de traslados se ha producido entre Madrid y Toledo.
En el caso de La Rioja, la pérdida de población ha sido significativa. En concreto, salieron en este periodo 1.258 personas más de las que llegaron. El mayor flujo, tanto de entrada como de salida, se produjo con la vecina Navarra. Salieron de La Rioja con ese destino 3.812 personas y llegaron aquí 3.081.
Le sigue Madrid. En este caso, salieron de La Rioja hacia la capital 2.641 personas y llegaron aquí procedentes de Madrid 2.044. También el saldo migratorio es negativo en el caso de Álava. Salieron de La Rioja con ese destino 2.026 habitantes y recibimos 1.964.
Se desprende también de estos datos que, en los traslados internos, los españoles preferimos las distancias cortas. Tan sólo cuatro de los diez flujos más transitados del país superan los 100 kilómetros de distancia.
La Rioja no termina de ser un destino atractivo en la búsqueda de empleo y oportunidades y, a medida que avanza la crisis, seguimos perdiendo población que debe buscar oportunidades en otras provincias.