La Dirección General de Cooperación y Derechos Humanos del Gobierno de La Rioja ha suscrito una declaración conjunta de todas las comunidades autónomas y nueve fondos de cooperación local en respuesta a la crisis del COVID-19 en la que se comprometen a adoptar propuestas para “promover el desarrollo sostenible en un mundo complejo, cambiante e interdependiente” y a situar en el centro de sus esfuerzos “el bienestar y la vida digna de todas las personas y futuras generaciones”.
Además de esta declaración, las comunidades autónomas han decidido realizar una aportación conjunta de 2.455.000 euros como gesto de solidaridad a los retos de solidaridad en la actual coyuntura de COVID-19.
La Rioja se suma a este fondo que gestionará la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo y que irá destinado a atender a las poblaciones desplazadas y refugiadas de los campamentos saharauis de Tinduf, en Argelia, y las personas refugiadas palestinas, en situación de especial vulnerabilidad agravada ahora por la crisis sanitaria.
Las comunidades autónomas aclaran que esta aportación conjunta es un gesto que pone de manifiesto su compromiso con la solidaridad local global, así como el papel que tienen que seguir jugando en la cooperación al desarrollo, y precisan que mantienen sus políticas de cooperación, sus líneas de subvenciones de ayudas y proyectos.
Apelación a no dejar a nadie atrás
En la declaración conjunta, que sirve de puente entre el Encuentro Autonómico de la Cooperación Descentralizada anual, celebrado en Euskadi, y el próximo, previsto en 2021 en Extremadura, las comunidades autónomas y entes locales, abogan independientemente de su signo político por “consolidar alianzas y consensos políticos y sociales que permitan a la cooperación continuar invirtiendo y contribuyendo a garantizar un presente y un futuro sin dejar a nadie atrás porque de la crisis se sale cooperando” y manifiestan su “apuesta decidida por el consenso dentro de la política de cooperación para el desarrollo”.
Los firmantes advierten que el impacto del COVID-19 en las distintas sociedades acelerará “una transformación global tanto a nivel económico, como social y político” en la que ganará peso un modelo de cooperación descentralizada que aborda “los desafíos existentes desde una perspectiva local-global, que sea coordinada y complementaria”.
A su juicio, la crisis provocada por el coronavirus ha puesto de manifiesto “la interdependencia geográfica y entre los diversos ámbitos del desarrollo: género, salud, economía, protección social, medio ambiente...” y sostienen que “la visión comprensiva de la Agenda 2030 nos ofrece una oportunidad para afrontar una crisis como la actual”.
Los órganos de cooperación señalan la necesidad de equilibrar “lo urgente y lo importante” y explican que “la gravedad de la situación nos obliga a priorizar también aspectos a medio y largo plazo, como la revalorización de los bienes públicos globales, las consecuencias del cambio climático o las causas de las grandes migraciones”.
Retos de futuro
Entre los retos de futuro reflejados en la declaración conjunta firmada por la Dirección General de Cooperación y Derechos Humanos de La Rioja figuran avanzar hacia la sostenibilidad, reforzar lo público, reducir las brechas, incluyendo la brecha digital, y apostar por lo local; reivindicando que la respuesta a la pandemia “ha puesto de relevancia el aporte fundamental de las mujeres y de la economía de los cuidados”, por lo que proponen reforzar y hacer transversales las políticas de género.
Por último, apuestan por el fortalecimiento de la sociedad civil organizada y por su participación en el diseño, gestión y evaluación de las políticas públicas, “ya que desde su cercanía a las poblaciones más vulnerables pueden garantizar la defensa de sus derechos y que nadie se quede atrás” y concluyen que “la solidaridad internacional es una responsabilidad compartida e imprescindible para garantizar el futuro del planeta”.