La Rioja cuenta con tres clubes de piragüismo: el Kayak, el de la Hípica y el Club Mansilla. Daniel Alberdi Gago es el presidente de este último. Tiene 39 años y lleva remando desde los 12, cuando empezó de la mano de Miguel Ángel Ducrós. Este fin de semana se ha subido una vez más al podium, una experiencia que ya conoce. Su último título ha sido el de campeón de la Regata de San Pedro de Limpias (Cantabria) en la categoría de veteranos.
Entrena en el Ebro dos horas al día y cinco días a la semana y es uno de los nombres conocidos de este deporte en el norte de España, la zona en la que están la mayoría de los grandes campeones. Sin embargo, como ocurre en muchos casos, no puede vivir de ello, porque practica un deporte minoritario.
“En Galicia hay unas 2.000 fichas y aquí en La Rioja tendremos apenas unas 80”, cuenta, “somos una de las regiones más pequeñas y nos encontramos con grandes dificultades, pero no nos rendimos”.
A pesar de contar con “un río inmejorable” y un hangar cedido por el Gobierno de La Rioja, las infraestructuras tienen una pata coja: el acceso al río. “Es una auténtica pena porque el Ebro no puede ser mejor para practicar este deporte pero el embarcadero no está en condiciones, se ha convertido en una balsa insalubre y es una auténtica pena”, apunta Gago.
Al deficiente acceso al río se suma también las limitaciones de la Confederación Hidrográfica del Ebro. “La CHE no nos deja practicar el piragüismo en Mansilla ni en El Rasillo porque nos pide permisos y embarcaciones específicas para cada uno de los pantanos, así que sólo podemos entrenar en el Ebro”.
A pesar de todo, Alberdi Gago tiene claro que es un deporte que merece la pena. “Somos todos una gran familia, independientemente del club al que pertenezcamos. Tenemos desde niños de ocho años hasta veteranos, sólo hay que saber nadar, y tenemos la gran suerte de practicar deporte en continuo contacto con la naturaleza, eso es lo mejor”, explica. “Además, somos nosotros los que damos vida al Ebro, a todos se les llena la boca hablando del río pero nadie hace nada por cuidarlo”.