El Ministerio de Emergencias ruso anunció hoy una importante operación en la parte norte del Mar Negro, para contener el vertido de combustible y azufre derramados ayer tras la tormenta que hundió tres buques de carga, con 6.500 toneladas de azufre y un buque cisterna, con 4.800 toneladas métricas de combustible a bordo, de las que se derramaron unas 2.000, lo que podría ser uno de los peores desastres en la región desde hace años. Por el momento han aparecido los cuerpos de tres marineros que iban a bordo del Nakhichevan, uno de los buques de carga y, según el Ministerio, al menos otros ocho siguen desaparecidos. Durante la tormenta, mientras las cuatro barcazas navegaban a la deriva en el estrecho de Kerch, situado en la costa rusa cerca de Ucrania, el buque cisterna se partió en dos, vertiendo 2.000 toneladas métricas de combustible y los tres cargueros se hicieron pedazos entre las olas y el fuerte viento, dejando 6.800 toneladas de azufre sobre el mar. El subdirector del regulador de mediambiente ruso, Oleg Mitvol, afirmó que el vertido es un desastre muy serio y llevará más de un mes esclarecer dicha contaminación medioambiental.
“Tres equipos iniciaron la operación para contener el combustible vertido a causa del hundimiento del buque Volgoneft-139, en el estrecho de Kerch”, informó el portavoz del ministerio de Situaciones de Emergencia ruso, Viktor Beltsov. Los trabajadores rusos comenzaron con lo que podría ser un largo período de limpieza de millones de litros de combustible sobre el mar y sus orillas, incluso de las aves que han sido vistas intentando aletear sobre el mar.