La tradición recogida en un corto: las campanillas a muerto en Murillo de Río Leza

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Los campanilleros son parte de una España tradicional que se remonta al siglo XVI y, como tantas tradiciones, se ha ido perdiendo con el paso de los años. Cuando alguien moría, el campanillero salía por las calles para dar a conocer la mala nueva, el fallecimiento de una persona. Sin embargo, en Murillo de Río Leza, siguen preservando esta tradición que tanto sobrecoge a algunas personas.

Antonio De Miguel, más conocido como ‘Toño, el enterrador’, tomó el relevo, hace ocho años, de tantas y tantas generaciones de campanilleros y campanillera, porque también las tocó Mariana. “Cuando salgo por el pueblo y se oye el repique de las campanillas, todo el mundo sale a la ventana para preguntar ‘¡Toño! ¿Quién se ha muerto?’”, cuenta Antonio. Su misión es informar a todos los vecinos del pueblo no solo del fallecimiento de una persona, también del horario del tanatorio, del funeral y entierro.

Murillo es el único pueblo en el que se sigue conservando esta tradición. Toño confiesa que a él le “dolería mucho que se perdiera esta costumbre”, aunque “tienes que ser muy independiente y tener gran disponibilidad, ya que cuando te avisa el tanatorio tienes que estar preparado”.

La Historia de las campanillas en Murillo

Los primeros escritos relacionados con esta tradición datan de 1602, aunque hay indicios que se remontan al siglo XVI, cuando se fundó la Cofradía de la Vera Cruz. Pero en aquella época, las campanas solo sonaban con la muerte de un cofrade. Sin embargo, con el paso de los años se extendió para ofrecer este servicio a todos los habitantes del municipio.

Carlos Quintana, un vecino de Murillo, cuenta que “las antiguas campanillas fueron robadas de la Iglesia a mediados del siglo XIX”. Las actuales, fueron donadas por una mujer, cofrade de la Vera Cruz. Y ella en recuerdo a su madre, mandó inscribir en las campanas una frase: “A la memoria de mi madre, de su hija Albina”, inscripción que se puede leer por delante y por detrás de las campanas.

La tradición en un documental

David Navas, un director de cine malagueño con 20 años de experiencia a sus espaldas, ha querido transformar esta tradición en un recuerdo vivo de la memoria de este pueblo. Desde la otra punta de España trajo a todo su equipo para el rodaje. Estuvo varios días grabando los testimonios de muchos vecinos del pueblo, lo que, para ellos, nos contaba el director, ya está normalizado.

Su carrera audiovisual lo trajo a La Rioja, aunque la amistad lo acogió en Murillo.

El día 27 de diciembre de 2022 falleció un vecino murillejo y, como de costumbre, sonaron las campanillas. David, que ese día estaba de vacaciones con un amigo en Murillo, confiesa que “al ver un señor tapado hasta arriba que iba por la calle tocandounas campanillas me quedé alucinado”. Cuando comenzó a preguntar a la gente, nadie comprendía la rareza de los hechos.“Nadie sabía decirme el por qué, todo el mundo lo tiene super normalizado”.

Y a partir de ahí, empezó a buscar documentación sobre esta tradición religiosa. En su cortometraje, ha querido poner en valor a personas como José o Julián, “personas mayores que tienen mucho que enseñar” y que “cuando se vayan, si no se recoge ese conocimiento y esas vivencias, estas tradiciones se pierden con ellos”. “Hay que luchar por las cosas por las que han apostado nuestros antepasados”, estas “cosas auténticas” añade, que sobreviven al paso de los años y que son las que definen la identidad de los pueblos.

En ‘Cuanto más tarde, mejor’, así se titula el documental de David Navas, esta tradición que perdura en el tiempo en Murillo de Río Leza, ha quedado recogida gracias al cine, pero siempre quedará en la memoria de los que algún día tuvieron la oportunidad de escuchar el toque a muerto de las campanillas.