La Ultra Derecha en Calahorra

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El pasado 29 de junio, la fuente del Ayuntamiento de Calahorra era un hervidero de gente. Miles de jóvenes celebraban el triunfo de la Selección Española en la Eurocopa con gritos, bocinas y banderas. Hasta aquí, todo normal, las banderas formaban parte de la “equipación” del buen hincha. Pero en Calahorra se vieron otro tipo de banderas: la pre - constitucional, la bandera que durante 40 años fue la oficial del Régimen de Franco.

Según algunos vecinos de Calahorra, se llegaron a ver hasta 30 banderas con el Águila franquista.

“Esas banderas no se vendían en ninguna tienda, nadie las compró para salir esa noche a celebrar el triunfo de la Selección” denuncia un concejal de la Coalición Independiente de Calahorra (CIC), “eso significa que las tenían ya en casa y que en Calahorra hay al menos 30 chavales de Ultra Derecha”.

No es una cuestión de ideologías, como matizan todos los entrevistados para este reportaje. Sino más bien un cuestión de actitud, de violencia y de convivencia entre unos vecinos y otros.

Hace algún tiempo, el partido Falange Española ofreció un mitin político de cara a las elecciones de hace dos años. Lo hizo en un conocido bar de Calahorra, pues el hijo del propietario del local es uno de los representantes de esta ideología en la capital de la Rioja Baja. Hasta allí llegaron jóvenes de Pamplona y de la Ribera Navarra. Más de 50 personas acudieron al mitín, tal y como indica el comunicado que esta partido ha colgado en su página web.

¿Son actividades políticas sin más? ¿Por qué en Calahorra?. Pero las acciones de estos grupos de Ultra Derecha van más allá.

Rocío, un nombre figurado ya que ella no desea ser reconocida, vive atemorizada en su propia ciudad. Su hijo, un joven de 19 años y de ideología de la extrema izquierda ha tenido que abandonar Calahorra tras diversas peleas con los Ultras. Una pintada amenaza de muerte a su familia en su propio edificio e incluso la han llegado a esperar hace unos meses en la puerta de su casa más de 8 personas armadas con bates de beisbol y perros.

Pero Rocío no ha denunciado. “Tengo miedo, me aseguraron que si denunciaba, irían a por mi hijo pequeño”. Esta mujer incluso ha hablado con el propio alcalde de Calahorra, Javier Pagola. Pero no ha conseguido mucho.

Cada vez son más frecuentes las actitudes violentas de estos grupos de jóvenes. Los pasados Carnavales agredieron a cuatro personas y al propietario de una conocida librería de Calahorra y concejal del CIC, le dejaron una nota en su tienda.

“Era una amenaza velada, un ”sé donde vives“”, cuenta este concejal “las letras eran rojas y amarillas, imitando la bandera de España, como sí a mí me molestara eso”. Esta amenaza fue consecuencia, según este concejal, de denunciar en un pleno municipal la agresión que sufrió en 2006 un joven árabe por parte de un grupo de extrema derecha. “Al denunciar esta agresión racista, me signifiqué y fuí objeto de sus amenazas”. Desde entonces van a la librería en busca de algún libro como “Mein Kampf”,(ensayo escrito por el propio Hitler) o la biografía de Jose Antonio Primo de Rivera.

La huella de las luchas ideológicas está presente en toda Calahorra. Decenas de pintadas racistas, xenófobas y amenazantes salpican las fachadas de los edificios. El Ayuntamiento asegura que las pintadas que había en los edificios públicos las ha borrado pero que nada puede hacer en los privados.

Los partidos de la oposición están preocupados por este rebrote racista y fascistoide en Calahorra. Han presentado en pleno mociones contra estas actitudes y aseguran los concejales del Partido Socialista y Coalición Independiente de Calahorra que no han conseguido el apoyo de sus compañeros populares.

Uno de esos concejales del PSOE, David García, ha sufrido amenazas por parte de estos jóvenes. “Sobre todo por la noche, por el día son más cobardes, pero por la noche me increpan y me insultan si me ven por la calle”.

A todo esto, el Ayuntamiento de Calahorra, asegura que no puede actuar, ya que no hay ninguna denuncia interpuesta por amenazas o agresiones.

Esvásticas, apología del racismo, simbología de la Falange, la hoz y el martillo, mueras al fascismo.. es lo que se puede leer en muchas fachadas. La guerra de las pintadas está a la orden del día en Calahorra. Pero, ¿es solo una guerra de sprays?.