Si hablamos de varicela, inconscientemente pensamos en niños. Y sí. La varicela es una enfermedad más frecuente en niños porque la infancia es la época en la que se empieza a tener contacto con el virus que es de muy fácil transmisión. Pero los adultos no estamos exentos de padecer la varicela. Y, aunque no es más peligrosa en las personas mayores, la varicela en adultos suele ser más complicada.
489 casos de varicela en La Rioja en 2017
A lo largo de este año se han registrado en La Rioja 489 casos, de los que 46 la han contraído personas de entre 20 y 64 años. Es el caso de Pilar que contrajo la varicela después de que la contagiaran sus dos hijas de 5 y 7 años. Una enfermedad que le trae muy malos recuerdos. Y es que los síntomas de la varicela en la edad adulta son un malestar general con dolor de cabeza, dolor de las articulaciones y debilidad muscular.
Además la varicela en adultos suele provocar fiebre leve, en torno a los 38-39 grados y erupciones en la piel que suelen ser manchas abultadas, redondas y rojas. Además pueden aparecer granos y costra por el torso en la cara, extremidades, cabello y mucosas. Sin olvidar los picores intensos por todo el cuerpo.
En la mayoría de los casos, en los adultos, presentan mayor cantidad de vesículas que los jóvenes infectados. También son más frecuentes en adultos las complicaciones causadas por la varicela, por ejemplo la neumonía(llamada neumonía varicelosa) o la meningitis. Principalmente, en estas personas es importante tener en cuenta las posibles complicaciones.
Especial cuidado tienen que tener las mujeres embarazadas aunque alrededor del 95% de las mujeres en edad fértil son inmunes a la varicela. Aun así, hay que tener en cuenta las consecuencias que la varicela podría tener en el futuro bebé. Depende, explican los facultativos consultados por Rioja2, depende del estado en el que se encuentre el embarazo.
En este sentido, si una mujer embazada contrae la varicela durante el primer trimestre del embarazo o a principios del segundo trimestre, existe una pequeña posibilidad (0.4 – 2.0%) de que el bebé nazca con un defecto de nacimiento conocido como síndrome de varicela congénita. Esto significa que el bebé presentará atrofia de las extremidades y cicatrices en la piel. En ocasiones, se presentan problemas del sistema nervioso central y anomalías en los ojos.
Para ver la afectación de la varicela al feto, se suele hacer una amniocentesis. En ella se busca la presencia del virus en el líquido amniótico. Si no hay, los padres se pueden quedar tranquilos; aunque deben saber que se someterán a un control ecográfico más exhaustivo, para ir descartando posibles malformaciones típicas de la infección.
Así, las peores víctimas de la varicela, porque suele ser especialmente grave, son los bebés, las mujeres embarazadas, los adultos y las personas con el sistema inmunitario debilitado. Y es que estamos hablando de una enfermedad que puede causar deshidratación, neumonía, problemas de sangrados, infección o inflamación cerebral, infecciones bacterianas de la piel o de los tejidos blandos en los niños, infecciones del torrente sanguíneo , síndrome de shock tóxico, infecciones de los huesos, infecciones de las articulaciones o la muerte.
El diagnóstico
El diagnóstico suele ser clínico ya que los síntomas y los signos son suficientes para hacer un diagnóstico y no suelen necesitarse más pruebas complementarias de laboratorio. Y precaución porque la varicela se puede contagiar muy fácilmente a otras personas desde el día 1 al 2 antes de que se presenten las ampollas antes que se formen las costras.