Los visitantes que salían de la capilla ardiente, entre ellos muchos jóvenes y también niños de todas las edades, lo hacían visiblemente afectados y se detenían a la salida para dejar su último mensaje de despedida a Jarque en los libros de condolencias.
Uno de los primeros aficionados del Espanyol, expresó emocionado a la salida la tristeza que embarga al club y destacó que el jugador fallecido era “una gran persona”. “Con él, hubiéramos tenido capitán por muchos años”, aseguró.
Simpatizantes de otros clubes, como el FC Barcelona, Real Madrid, Sevilla o Atlético, entre otros, también se acercaron a Cornellà para rendir homenaje al capitán espanyolista, mostrando que ante hechos como este los colores quedan en un segundo plano.
Una delegación del Sevilla, encabezada por directivos del club y por el portero, Andrés Palop, visitó la capilla. Este último recomendó a los compañeros de Jarque “mucha unidad y apoyo mutuo” para superar estos momentos. El club sevillista pasó por un trance similar con la muerte del jugador Antonio Puerta hace dos años.
Entre las primeras autoridades que pasaron por la capilla fue el presidente del PP en Barcelona, Alberto Fernández Díaz, que subrayó que el capitán blanquiazul “no se ha marchado, sino que su compromiso continúa con su familia, el equipo, el club y la afición”. Asimismo, destacó que el Espanyol “simboliza la fuerza de un sentimiento y la capacidad de superar la adversidad”.