Las entidades bancarias y las compañías aseguradoras han instalando oficinas provisionales en las calles de Lorca para prestar sus servicios y atender a los afectados por los terremotos, que hacen cola frente a las carpas y vehículos convertidos en improvisadas sedes de gestión.
En un acceso a la avenida Juan Carlos I, una de las principales vías de la ciudad, la compañía Mapfre ha levantado tres carpas para atender los expedientes de daños en viviendas, facilitar alimentos y prestar apoyo psicológico.
Según ha explicado a EFE el responsable el director de zona de esta aseguradora, Antonio López, el objetivo de esta iniciativa es agilizar la tramitación de los partes y no interrumpir el servicio a sus clientes, ya que algunas de sus oficinas se encuentran dañadas por los terremotos y no pueden ser utilizadas.
Desde ayer, cuando culminaron esta instalación, su compañía ha registrado cerca de 400 expedientes, la mayoría de ellos por daños en viviendas. Algunos clientes “se derrumban” cuando están realizando la gestión, por lo que la aseguradora decidió instalar otra carpa de atención psicológica -atendida por cinco especialistas- que, al igual que la de alimentación, presta ayuda a todos los ciudadanos, y no únicamente a los que tienen algún producto contratado.
Un poco más adelante, en esta misma calle, la compañía Zúrich atiende a sus asegurados en una oficina y en un coche, modelo monovolumen, con las puertas abiertas. Gregorio, uno de los damnificados, espera su turno apoyado sobre el capó, y cuenta que su casa “tiene un punto negro, que significa que va a ser derribada”, por lo que quiere acelerar cualquier tipo de ayuda o compensación que pueda recibir.
A su lado, también guardando cola, Francisca explica entre sollozos que el estanco que gestionaba esta “destrozado” y que no podrá volver a trabajar “en mucho” tiempo, por lo que espera que “el papeleo de los seguros” le sirva para algo.
Las oficinas de los bancos y cajas de ahorro distribuidas por toda la ciudad también se han visto notablemente afectados por los temblores, y algunas de ellas permanecen cerradas a consecuencia de los desperfectos, lo que dificulta a los ciudadanos una labor tan cotidiana como al de extraer dinero de un cajero automático.
Por este motivo, algunas de las entidades, como La Caixa, han instalado cajeros automáticos móviles en el interior de furgonetas, y según los agentes de seguridad que las custodian “están teniendo un éxito impresionante”, porque “la gente no puede sacar dinero” en sus expendedores habituales.
Esta caja está abriendo además una oficina temporal en un bajo comercial de la citada avenida, frente a una de sus oficinas que ha resultado dañada. José Pedro, el responsable de la obra, cuenta que llevan horas transportando muebles y haciendo conexiones eléctricas e informáticas con toda celeridad para tener lista la oficina en un “tiempo récord”, porque el alquiler del bajo se negoció ayer mismo y esperan poder haberla terminado hoy.