Las claves de enfermedades hereditarias, en los peces

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Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) investiga las bases genéticas de cuatro enfermedades humanas en la mayor instalación de peces cebra del mundo. Esta plataforma se ha inaugurado en el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (centro mixto del CSIC, la Universidad Pablo de Olavide y la Junta de Andalucía), en Sevilla. Esta instalación, con 3.000 peceras, permitirá la cría y el estudio de todas las variantes de peces cebra transgénicos. Los investigadores del CSIC José Luis Gómez Skármeta y Fernando Casares dirigen el proyecto de investigación. Los investigadores del CSIC señalan la importancia del pez cebra en biología del desarrollo: “Comparte más del 80% del genoma con el hombre, lo que permite que los resultados de investigación de los fármacos probados en estos animales sean potencialmente extrapolables al ser humano. Además, sus embriones son transparentes, por lo que se puede observar sus órganos internos en formación, proceso que se realiza en 24 horas”.

El desarrollo de un animal implica el incremento del número de sus células y su especialización para realizar diferentes funciones, que están codificadas en distintos genes. Todas las células de un organismo poseen la misma información genética, pero cada tipo de célula utiliza sólo parte de esa información: aquélla que necesita para sus funciones particulares.

VERTEBRADOS

Skármeta aclara por qué los resultados en un pez pueden llegar a extrapolarse al ser humano: “Que una función concreta exista en un tipo de células y no en otras está determinado por regiones reguladoras en el ADN, que si bien no contienen la información para esa función, sí son capaces de indicar en qué tipo de célula debe utilizarse. Así, las estrategias del desarrollo de animales aparentemente tan dispares como un pez y un ser humano son similares, y las regiones reguladoras que controlan el uso de la información de cada gen en cada tipo celular parecen ser afines en todos los vertebrados”.

Los estudios que se realizan en la Plataforma de Genómica Funcional pretenden identificar el conjunto de esas regiones reguladoras necesarias para generar un vertebrado, y así poder conocer los procesos de desarrollo y evolución de su cuerpo. Esas regiones están controladas por la expresión del gen de la proteína fluorescente verde en distintos tejidos y órganos, que permite realizar el seguimiento visual del animal. Su análisis permitirá descifrar el lenguaje que instruye a las células para utilizar o no una información genética determinada.

“Las alteraciones en las regiones reguladoras provocan modificaciones en el desarrollo del animal o en la función de determinados tipos de células, lo que tiene como consecuencia la aparición de distintos tipos de enfermedades hereditarias. Por tanto, el proyecto permitirá, por una parte, entender mejor cómo se construye un animal y, por otra, facilitar el diagnóstico de enfermedades hereditarias y la generación de modelos animales para estudiar dichas enfermedades”, destaca Casares.

La Plataforma de Genómica Funcional contiene 3.000 peceras con una temperatura controlada, que permitirán la cría y el estudio de un gran número de variantes de peces cebra transgénicos con distintas regiones reguladoras. La instalación ha sido financiada por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad Pablo de Olavide, el Ministerio de Educación y Ciencia y la Fundación Conocimiento y Cultura.

Actualmente, el estudio científico global está financiado por un proyecto de cooperación Consolider, en el que están implicados 26 grupos de investigación, además de un proyecto de investigación del Ministerio de Educación y Ciencia y otro de Excelencia de la Junta de Andalucía.