El teniente fiscal Santiago Herranz ha concluido hoy, en la última sesión del juicio por la presunta destrucción parcial de un atestado policial, que ha sido el propio policía local “autor material” de la destrucción, J.M.C, quien “se ha puesto en el disparadero”.
La Audiencia Provincial concluye hoy, tras cinco sesiones, un juicio, con jurado popular, por unos hechos que ocurrieron tras un accidente de tráfico (leve) sucedido en Logroño el 19 de septiembre de 2015, y en el que uno de los dos conductores implicados dio positivo en el control de alcoholemia.
Presuntamente, el policía J.M.C destruyó parte de la denuncia y el parte de alcoholemia delante de J.R y A.T.L, acusados de consentirlo.
El fiscal, que hoy ha elevado a definitivas las conclusiones iniciales, ha destacado cómo fue el propio J.M.C quien “toma la iniciativa situándose como posible autor” y “en la escena de la destrucción”, aunque haya argumentado después que los había destruido sin querer.
En su relato, el fiscal se ha apoyado en el juicio del 'caso Vanessa', de 2012, en el que el autor del asesinato, antes de que se supiera que la víctima estaba muerta, contó lo que había hecho con el cadáver y, aunque luego lo negó, apareció en el sitio señalado por él.
Manteniendo las distancias con el delito, Herranz cree que, esta vez también, se han podido conocer los hechos a raíz de un reconocimiento de autoría.
A esto ha sumado el “hecho objetivo demostrado” de que le llamó la mujer del conductor que dio positivo, aderezado con la explicación de ésta, quién ha dicho en el juicio que el teléfono, aunque a su nombre, lo tenía su madre, a la cual ya no se le puede preguntar nada porque ha muerto.
El fiscal ha hilvanado ambos argumentos y ha señalado cómo el acusado cuenta, según el relato del entonces jefe de policía, que le llamó la mujer de un amigo, “y luego se comprobó que era verdad” porque se registró la llamada.
Así, ha señalado recordando el 'Caso Vanessa', los hechos cuyo conocimiento inicia el autor se acaban demostrando a pesar de su siguiente negativa.
Estas dos pruebas, cree además, “llevan, con un razonamiento lógico”, a deducir que en la grabación que se ha exhibido en el juicio, lo que se ve es que “se producen los hechos”.
Con respecto a los otros acusados, los ha visto como garantes de lo que ocurrió y es algo, considera, que se ve en vídeo, donde “se ve” cómo uno de los agentes “señala” al lugar donde está la carpeta.
Luego, “por el follón” que se montó cuando el padre de la otra conductora preguntó por las pruebas desaparecidas, el cual “no sabían cómo gestionar”, buscaron “un error” en el registro de Atestados “sobre el que anotar”.
Ha culminado destacando la “trascendencia” del hecho de que se trata de “funcionarios que tienen delegada la capacidad de que lo que digan en un atestado tengan fuerza probatoria”.
Lo ocurrido, ha dicho, “es muy grave porque están quebrantando lo que todos los días hacemos en este juzgado” ha dicho al tiempo que ha destacado cómo J.R y A.T.L son “los guardianes” de lo que ocurrió.
“Los delitos se cometen por acción o por omisión”, ha argumentando, en este caso, poniendo como ejemplo que se puede matar a un bebé con tus manos o no dándole de comer. Así que J.M.C es, a su juicio, el “autor material” y el resto los “garantes”.
En este mismo sentido, el abogado del Ayuntamiento de Logroño, Francisco Cañas, ha destacado cómo “los atestados tienen que ser pruebas potentes, porque tiene una presunción de veracidad”, dado que los policías son “agentes de la autoridad”.
“Por eso es grave que ocurran anomalías” y, por eso, “el Ayuntamiento quiere que los hechos se aclaren y la ciudadanía sepa que si ocurre tiene sus consecuencias”.
En cuanto a J.R y A.T.L considera que no es creíble que J.M.C “lo hiciera sin su consentimiento”, porque en el vídeo se ve que “le indican donde están” los documentos y “los abre en la mesa” de uno de ellos y, después, “va a la trituradora”.