Este sábado se celebra en San Millán de la Cogolla la segunda jornada del Encuentro de Editoriales Independientes durante la que el debate ha pivotado en torno a los ‘Retos actuales de la edición independiente en castellano’ y durante la que los sellos literarios han trasladado su experiencia como editorial.
Este encuentro está organizado por el área de Escritura Creativa del Campus Valle de la Lengua y la Universidad de La Rioja y que se celebra hasta el domingo en San Millán de la Cogolla, enclave considerado ‘cuna del Español’ y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
En torno a setenta personas inscritas en el encuentro y procedentes de diferentes ámbitos: editoriales, escritores y potenciales escritores, lectores y lectoras han disfrutado y participado en los debates que se generan en torno a las diferentes ideas que se suscitan en el encuentro, como ha detallado la Universidad de La Rioja en una nota de prensa.
Así, entre los diversos temas que han trufado las intervenciones de los responsables de las editoriales, tres de ellos han sido los más recurrentes: el concepto de independencia aplicado a las editoriales, el equilibrio entre la rentabilidad y la calidad y la importancia de un buen catálogo.
Sobre el primero de ellos, Manuel Borrás, de Pre-textos se ha preguntado “¿quién es independiente en una editorial que, como empresa, depende de unos ingresos y unas ventas, una cuenta de resultados, unas críticas …” y ha apuntado que prefiere referirse al sector como editoriales literarias frente a editoriales puramente mercantiles. “Nuestra responsabilidad es saber distinguir el grano de la paja frente a la tendencia de adocenar al lector”, ha apuntillado Borrás. Por su parte, Carlos Rod, de Uña Rota, que publica principalmente narrativa, poesía y teatro desde hace 23 años, se define como “editorial dependiente de lectores independientes […] hay que cuestionar la independencia porque somos conscientes de que dependemos de muchas cosas y tenemos la servidumbre lógica del mercado en el que es muy difícil sobrevivir”.
Rod describe su editorial como “literatura contracorriente de las modas”, no en vano, no publican novela, lo que marca distancias frente a lo que se hace habitualmente en el mercado literario. “Buscamos que los textos que publicamos tengan una complejidad y una sintaxis que vayan en contra del viento de la actualidad. Leer nuestros libros precisa dedicarles tiempo y eso es difícil frente a las numerosas distracciones que existen en la actualidad”, ha incidido.
Los responsables de las editoriales se han referido también al catálogo como una de las claves que da sentido a su existencia, ya que supone la carta de presentación de la editorial, su madurez y su definición. Phil Camino y Patricia Romero, de Huerta Grande, han sido claros: “No nos interesa trabajar a golpe de novedad, no nos gustan los catálogos que mueren porque los autores se mantienen vivos’.
Manuel Borrás, por su parte, ha defendido que “el criterio de excelencia debe de estar en la selección que el editor independiente realiza de su catálogo, un editor debe saber qué tipo de catálogo quiere tener”.
Finalmente, en relación al equilibrio entre la calidad y la rentabilidad, inherente a la naturaleza de estas editoriales y que ha surgido en varias ocasiones, el propio Borrás ha manifestado que “se puede ser excelente y rentable, hay que lograr esa madurez económica que te permita mantener ese principio de independencia y de calidad”. Y sobre el ejercicio de la edición Manuel Borrás ha expresado que “editar es compartir algo excelente, es rechazar la exclusividad del disfrute, es devolverle a la sociedad algo que la sociedad te ha dado”.
En este sentido, Olga Martínez, de Candaya, ha explicado que “nunca hemos ganado dinero con la literatura y eso nos ha permitido elegir con libertad; somos una editorial comprometida con el momento, con la historia, los abismos del ser humano, etcétera”.
En el debate sobre los retos de las editoriales independientes ha surgido también el tema de la lectura entre los jóvenes, sobre la que Martínez ha expresado que “los jóvenes leen más, pero de manera diferente y en diferentes soportes”, por lo que ha recordado que es una tarea de todos, profesores, padres y medios de comunicación, que se mantenga su interés por la lectura. “Entre los jóvenes, está cambiando la manera de leer pero no es peor que antes”, ha apuntado la editora que también es profesora.
Finalmente, sobre la celebración del encuentro en San Millán de la Cogolla, ha expresado lo significativo del mismo y la emoción que sentía en su undécima visita a este lugar en el año del veinte aniversario de la editorial que fundó.
Programa. Domingo 1 de octubre
10.00 horas
Panel 4: Novedades de editoriales
Diego Moreno Zambrana, editor de Nórdica
Valeria Bergalli, editora de Minúscula
Juan Casamayor, editor de Páginas de Espuma
12.30 horas
Mesa redonda: 'Autores deseados y autores no solicitados'
Patricia Romero, editora de La Huerta Grande
Valeria Bergalli, editora de Minúscula
Juan Casamayor, editor de Páginas de Espuma
Joaquín Alegre, editor de Rimpego
Modera: Jonás Sainz, redactor de Cultura de Diario La Rioja