Un escándalo sexual con una menor, tres juicios abiertos por corrupción, una crisis económica galopante y otra migratoria que es incapaz de resolver enfrentan a Berlusconi con su cita electoral. Cierto que no son elecciones legislativas, pero esto es un pebliscito y los italianos han tenido para votar ayer, domingo, y toda la jornada del lunes hasta el cierre de los colegios electorales, que ha tenido lugar a las tres de la tarde.
Se eligen alcaldes y también representantes de provincias, pero como en España el próximo domingo 22 de mayo, Italia deposita el voto en la urna avalando o desaprobando la gestión de su primer ministro frente al sistema judicial y amplios sectores sociales que piden su dimisión.
En total se ha votado en 1.310 municipios y 11 provincias. Cabe destacar que en juego están Nápoles, Bolonia y también Milán, la cuna económica de Italia y la del mismo Berlusconi, que se arriesga más que nunca, según las encuestas, a perderla a favor de la izquierda. Aunque para resultados definitivos hay que esperar a los días 29 y 30 de mayo cuando se vote en segunda vuelta.
La participación parece indicar al ser ligeramente inferior que en anteriores citas que los italianos están hartos de la corruptela y del sistema político en general, especialmente en la persona de Berlusconi. En Italia se habla constantemente de los escándalos, los juicios y otras extravagancias del primer ministro, que han hecho caer su popularidad a tan sólo el 30%. Precisamente este lunes Silvio Berlusconi ha comparecido ante el tribunal acusado de entregar cargos por soborno. Il Cavaliere lo niega y carga culpas contra los prejuicios políticos de los magistrados.
Además, Italia está sumida en una depresión económica de la que no sale adelante. Ha crecido en el primer trimestre de 2011 un 0,1%, por detrás incluso de Grecia. Por tanto, y ante lo que pueda salir en unas horas de las urnas, Berlusconi ha hecho una campaña muy activa para vencer, como siempre hace, las previsiones de malos resultados y darles la vuelta.