Las FARC y el ELN se hermanan

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Dos de los grupos guerrilleros que más han estado atacando a los gobierno colombianos en los últimos años, han decidido hermanarse. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y Ejército de Liberación Nacional (ELN) han anunciado un hermanamiento “pleno” en el norte de Colombia, donde han aumentado los ataques guerrilleros contra las fuerzas de seguridad en las últimas dos semanas.

En un comunicado divulgado por la página Web de las FARC, ambos grupos guerrilleros informaron de que han acordado poner fin a los enfrentamientos armados que mantenían entre sí en el departamento de Arauca, fronterizo con Venezuela, y en ciertas zonas de las regiones vecinas de Casanare, Boyacá, Santander y Norte de Santander.

La decisión fue anunciada tras una reunión que representantes de ambas facciones mantuvieron en Arauca “para abordar las causas que desembocaron en un desafortunada y absurda confrontación entre organizaciones hermanas”.

“Salimos de esta reunión, comprometidos y animados a poner el mayor empeño encaminado a cicatrizar heridas, a hermanarnos plenamente, a estimular el retorno de campesinos a sus tierras, a reconstruir la confianza y la esperanza en esta insurgencia que pertenece a la estirpe heroica del pueblo araucano”, indica el comunicado, firmado por el Frente de Guerra Oriental del ELN y el Bloque Oriental de las FARC.

“Este reencuentro entre organizaciones hermanas es un valioso estímulo a la resistencia araucana y de los colombianos”, añade.

“Inquietante” incremento de las hostilidades

Este anuncio de los grupos guerrilleros coincide con la última declaración de la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos , la cual ha mostrado su preocupación se por el aumento de la violencia en lo que va de septiembre.

La oficina ha registrado un “inquietante” incremento de las hostilidades durante la primera mitad del mes de septiembre, lo que ha causado la muerte a 56 personas y ha dejado otras 52 heridas, entre policías, militares y guerrilleros, por lo que esta oficina urge a los grupos guerrilleros respetar el Derecho Internacional Humanitario.

La violenta pérdida de vidas en estas dos semanas de septiembre recuerda la crueldad de un conflicto que desangra al país de forma inútil, indicó.

Detrás de cada persona muerta o herida, hay una tragedia humana y familiar que genera un profundo rechazo entre quienes buscan el máximo respeto por el derecho a la vida.

“Con mucha preocupación recibí diversa información sobre posibles ejecuciones de policías con tiros de gracia, incineración de heridos o el uso de armas prohibidas por el Derecho Internacional. Hemos emprendido una estrecha observación de estos casos que, si se confirman, podrían constituir crímenes de guerra”, afirmó Christian Salazar, representante en Colombia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay.

Las informaciones obtenidas por la oficina, su observación y su análisis indican que algunas de las acciones perpetradas por las FARC-EP en este período, como las ocurridas en Caquetá y Putumayo contra miembros de la Policía Nacional, habrían violado la normativa humanitaria.

Es el caso, si se confirma a través de los exámenes de Medicina Legal, de la ejecución de varios policías heridos y la posterior quema de los cuerpos, el 2 de septiembre, después de atacar un camión de la Policía Nacional en El Doncello (Caquetá). Así mismo, la utilización de cilindros para atacar los puestos de Policía en San Miguel (Putumayo), el 10 de septiembre, la colocación de explosivos en el cadáver de uno de los policías fallecidos y la instalación de minas antipersonas durante su retirada.

Estas acciones constituyen infracciones a los principios de proporcionalidad y de protección de heridos y personas fuera de combate, indicó la ONU, así como de la prohibición de usar determinados métodos y materiales de combate, que, entre otras cosas, causen daños superfluos o sufrimientos innecesarios. Estas infracciones podrían constituir crímenes de guerra, aseveró.

Esta oficina recuerda a los grupos guerrilleros que el respeto de las normas humanitarias en el desarrollo de hostilidades no es de libre elección, sino de obligado cumplimiento, y que sus infracciones pueden constituir crímenes imprescriptibles, no susceptibles de amnistía, indulto o perdón.

Al insistir en la necesidad de buscar una paz sostenible, por medio del diálogo y la negociación, la oficina llama a todas las partes del conflicto a aceptar y a acatar en su integridad el Derecho Internacional Humanitario.

Además, exige a los miembros de los grupos armados ilegales la liberación inmediata y sin condiciones de todas las personas secuestradas, incluidas las retenidas por razón del conflicto, la liberación de todos los niños, las niñas y los adolescentes que han reclutado en sus filas y el cese de su utilización, y que pongan fin a la producción y uso de minas antipersona.