El Partido Popular Europeo (PPE) ha afirmado hoy en la Eurocámara que las soluciones que presenta el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para salir de la crisis financiera no son las “adecuadas”. Los socialistas, por su parte, han pedido trasladar a la Unión Europea el modelo español.
Aunque los liberales han apoyado las prioridades establecidas por Zapatero, el resto de los grupos políticos han expresado sus reservas. El presidente ha defendido nuevamente la aplicación de sanciones a los Estados miembros que no cumplan los objetivos económicos fijados por la Unión Europea. Zapatero ha argumentado que se trata de un mecanismo que ya existe en la legislación comunitaria: “La UE tiene en su funcionamiento muchas decisiones que suponen sanciones, si no se cumplen las directivas, si no se cumple el PEC. Es normal y funciona”.
Zapatero se ha declarado “firme partidario” del Pacto de Estabilidad y ha asegurado que España cumplirá su compromiso de situar el déficit por debajo del 3% del PIB en 2013, para lo que preparará, ha dicho, un “plan de austeridad exigente”.
El presidente del PPE, Joseph Daul, ha recordado en su intervención que España es uno de los países con más problemas por la crisis, “con un paro récord de cerca del 20% y un déficit público próximo al 11%”. “No estoy seguro de que las soluciones que usted y la familia política a la que usted pertenece proponen para salir de la crisis sean las más adecuadas. Para el PPE, la salida de la crisis y la creación de empleo no puede pasar por un aumento del gasto publico sino por un entorno económico, fiscal y ecológico favorable a las empresas”, dijo Daul.
Los socialistas, sin embargo, se han mostrado contrarios a esta postura. Su líder, Martin Schulz, ha reclamado “trasladar el modelo español a Europa” y ha defendido las medidas tomadas por Zapatero: “estamos convencidos de que su Gobierno es un Gobierno de vanguardia. Con mucho coraje y ante muchísimas resistencias han conseguido modernizar su país”.
Schulz cree que el programa propuesto por la presidencia española es “ambicioso” y que es importante establecer objetivos vinculantes en el nuevo programa económico de la Unión Europea. El líder socialista usó como ejemplo la anterior estrategia de Lisboa que, desde su punto de vista, “fracasó por culpa de los titubeos de los Estados miembros que no estaban dispuestos a cumplir sus propias promesas”.
Zapatero recibió también apoyo del grupo liberal en la Eurocámara, cuyo líder, Guy Verhofstadt, ha defendido que “si es necesario, hacen falta sanciones. Y no hay que dejarse amedrentar, se lo digo francamente y también al ministro Moratinos, por el ministro alemán de Economía”. Verhofstadt hacía así referencia a las críticas de Alemania a la idea de imponer sanciones de la presidencia española. “Estoy seguro de que con la tenacidad de Zapatero la presidencia española será muy importante y exitosa”, ha concluido el político liberal.
La medida, sin embargo, no ha sido bien acogida por los Conservadores y Reformistas Europeos. Timothy Kirkhope ha dicho al respecto que la pretensión de Zapatero de introducir sanciones contra los países que incumplan los objetivos económicos es “profundamente inquietante”.
Para Kirkhope, la idea “refleja un enfoque socialista de control de la economía pasado de moda que no es pertinente para resolver los problemas del siglo XXI”. “Sin querer interferir en la política española, hay un refrán en Reino Unido que dice: pon primero tu casa en orden”, apostilló.
Para el grupo Izquierda Unitaria, el programa español “no resuelve lo fundamental”. Esta formación cree que lo esencial es la rectificación de la actual política económica, “interviniendo públicamente la economía y regulando el mercado con políticas fiscales progresivas”. El líder de Izquierda Unitaria, Willy Meyer, reclamó a Zapatero en su intervención que no refuerce las relaciones de la UE con Marruecos hasta que no reconozca el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui y que sea “mucho más exigente” con Israel.
Por su parte, la eurodiputada del Partido por la Independencia de Reino Unido (UKIP) Marta Andreasen se ha mostrado especialmente agresiva con España. La líder de la formación denunció los “abusos urbanísticos en el Mediterráneo” y recordó que la Eurocámara ya ha aprobado tres informes exigiendo su corrección. “Este Parlamento ha amenazado con congelar el pago de subsidios a España. Pero puedo garantizarle que, si esta situación no se resuelve durante la presidencia española, haré todo lo que pueda para convertir esta amenaza en realidad”. La liberal Diana Wallis también se refirió a esta cuestión para pedir soluciones a Zapatero.
En nombre de los no inscritos ha intervenido el eurodiputado de UPyD, Francisco Sosa Wagner, que criticó los “objetivos imprecisos” de la presidencia española por no “distinguir lo accesorio de lo principal”. También reclamó al presidente del Gobierno que no celebre la cumbre con Marruecos hasta que no se resuelva la cuestión del Sáhara, que en Cuba e Irán reconozca a las organizaciones opositoras y que logre para Ceuta y Melilla un estatuto similar al de las regiones ultra periféricas.
En su réplica, Zapatero subrayó que el norte de África y Marruecos “tienen un interés estratégico para Europa”, que debe hacer que “avance su proceso de modernización desde el diálogo y la cooperación”. A su juicio, la cuestión del Sáhara debe dejarse en manos de Naciones Unidas.
También aseguró que el Gobierno español es “muy sensible” a las denuncias de abusos urbanísticos y tiene la voluntad de actuar, pero recordó que las competencias están en muchos casos en manos de las comunidades autónomas y los ayuntamientos.