24 horas de búsqueda tanto en el caserío de Legorreta como en los alrededores han dado la razón a los indicios que apuntaban que, efectivamente, el comando Erreka de ETA guardaba más material del hallado el miércoles en este polvorín para la fabricación de bombas.
En las últimas horas, los agentes de la Guardia Civil han encontrado polvo de aluminio, pentrita y cordón detonante, que se suman a los casi mil kilos de explosivos hallados en la madrugada del miércoles. Además, las fuerzas de seguridad están peinando la zona, porque sospechan que aún podría descubrirse más material para la fabricación de explosivos. Los principales lugares a investigar son otros caseríos, propiedad de los hermanos Esnaola.
El hallazgo del material incautado esta mañana se ha producido gracias en parte al traslado de Aitor Esnaola hasta la propiedad familiar donde ha indicado los lugares que albergaban todo el material puesto a disposición de otros miembros de la banda terrorista: además de los 4.000 euros que escondían, se halló abundante munición, una olla de grandes dimensiones, detonadores, escopetas y telefonía móvil.
Este operación contra los hermanos Esnaola se suma al éxito de las otras operaciones enmarcadas en la lucha antiterrorista, como la del 1 de marzo con la caída del comando Otazua.