El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció ayer en el pleno de control al Gobierno en el Congreso que el Ejecutivo ha decidido revocar las dos licencias de exportación de material de defensa a Libia, licencias que estaban suspendidas cautelarmente desde el 22 de febrero.
Zapatero hizo el anuncio después de que la diputada de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), Nuria Buenaventura, le haya acusado de no cumplir la ley española e instado a poner fin a la venta de armas a países que vulneran los Derechos Humanos.
En su intervención, Buenaventura mostró una fotografía de Zapatero junto a Muamar Gadafi, del 29 de noviembre -según han precisado fuentes de ICV-, cuando ambos mantuvieron un encuentro bilateral antes del a Cumbre UE-África que se celebró en Trípoli. La diputada exigió a Zapatero que no mantenga “más relaciones con estos personajes”.
Buenaventura reclamó al Gobierno un “firme apoyo a la lucha del pueblo libio” y que “se establezcan relaciones directas con el consejo provisional”. La parlamentaria pidió al Ejecutivo la ruptura definitva de “las relaciones con los países no democráticos” y que se dejen de organizar giras “que sirven para legitimar regímenes corruptos y antidemocráticos, países donde aún existe la esclavitud”. “Que los negocios no sirvan de excusa para taparse los ojos”, concluyó.
En su respuesta, el jefe del Ejecutivo había defendido que todas las exportaciones de material de defensa y doble uso a “países considerados sensibles” se analizan caso por caso con criterios “internacionalmente reconocidos” y que, “ante cualquier cambio” en estos países -como la crisis libia, por ejemplo-, “se toman medidas”.
Después de eso, anunció que el Gobierno había retirado las dos licencias de exportación a Libia que estaban vigentes y ha recordado que ambas estaban suspendidas de forma preventiva desde el 22 de febrero, “cuatro días antes de que el Consejo (de Seguridad) de la ONU aprobase sus medidas y seis días antes de que lo hiciera la UE”, ha puntualizado.
Además, Zapatero subrayó que el comercio de armas con Libia supuso sólo el 0,5 % del total autorizado en el primer trimestre de 2010 y que las exportaciones a toda la región (Oriente Medio y Norte de África) fue sólo el 1,2 %.
Por ese motivo, el presidente insistió en que la relación de España con esos países no se basa en el comercio de armas, sino en “vínculos mucho más profundos” y, sobre todo, en la cooperación al desarrollo ya que en 2009, el Estado español se convirtió en el segundo país del mundo en envíos de ayuda oficial a la zona, con 580 millones de euros. “Ahí es donde tenemos un liderazgo muy acreditado, por el impulso y la voluntad política de este Gobierno y de esta Cámara”, defendió.
No obstante, Buenaventura le advirtió de que, “con el tanto por ciento que sea”, España ha vendido armas a Argelia, Egipto, Marruecos, Túnez y Libia, “países donde se han violado sistemáticamente los derechos humanos, donde la democracia no existe, donde impera la corrupción de sus mandatarios, donde las armas españolas han servido y están sirviendo para reprimir las justas reivindicaciones de sus pueblos”.
La diputada remarcó que esas armas en estos mismos momentos están sirviendo “para que el amigo de algunos, Gadafi, bombardee a su pueblo y que están produciendo una catástrofe humanitaria en las fronteras de Libia con más de 160.000 refugiados huyendo de la violencia”.
Por eso, la diputada ecosocialista advirtió a Zapatero de que el Gobierno está incumpliendo la ley que él mismo aprobó en 2007, porque el artículo 8 deja claro que no se autorizará la venta de armas “si pueden ser utilizadas de manera contraria al respeto debido y la dignidad inherente al ser humano, con fines de represión interna o en situaciones de violación de los derechos humanos”.
Así, Buenaventura ha reclamado que no se vendan más armas “a países violadores de derechos humanos” y que España “impulse en la comunidad internacional políticas activas de repulsa a estos sistemas antidemocráticos”.