Cuando llegar a una meta significa empezar un nuevo camino

Graduación UNIR

Rioja2

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“Lo resumiría como excelente”. Es la respuesta de Alessandro Ciccarese cuando se le pregunta por su experiencia en la universidad. Es arquitecto, tiene dos empresas y dos hijas y este fin de semana, con 50 años, se ha graduado en UNIR. En 2019, después de toda una vida trabajando como arquitecto, empezó a sentir la necesidad de reciclarse. “Tenía ese gusanillo viendo un poco hacia dónde iba la tecnología, había dejado la empresa en la que trabajaba y me puse a buscar por internet”. 

Así es como llegó a UNIR. “Vi un grado en Ingeniería en Organización Industrial, contacté con ellos para pedir información y a partir de ahí, todo ha sido de diez”. A la vez que empezó el curso decidió montar su propia empresa. Luego vino la segunda. “Me iba costando sobre todo por la edad, empecé a estudiar de nuevo con 46 años y con muchas obligaciones pero el acompañamiento ha sido excelente”, asegura. 

Tanto Alessandro como Laura Gonzalez Fernández, otra alumna de UNIR, coinciden al destacar la atención y los servicios de esta universidad a la hora de poder compaginar trabajo y estudios. Laura comenzó con el grado de Derecho, continuó con el master de Acceso a la Abogacía, de Asesor Fiscal y de Experto en Inglés Jurídico. A día de hoy es alumna del grado de Ingeniería y el MBA Tecnológico. Conoció esta universidad porque se la recomendaron varios alumnos y encajó pronto en su estilo de vida “porque te permite seguir trabajando sin perder clases porque aunque no estés en el momento, las puedes seguir en diferido durante todo el curso”. 

Este fin de semana asistirá a su primera graduación “con muchas ganas e ilusión y también un poco de nervios” por celebrar todo lo conseguido. En estas mismas sensaciones coincide Alessandro. “Es un momento importante, un logro personal haber llegado hasta aquí compaginando trabajo, estudios y familia”, señala el estudiante italiano, “con dos empresas en el sector de la construcción yo no necesitaba este grado para poder trabajar pero ahora me siento mucho más enriquecedor y con más conocimiento que me va a permitir abrir nuevos segmentos de actividad. Mi idea es implantar a partir de ahora todo lo aprendido y tal vez incluso seguir estudiando en el futuro un master porque la experiencia ha sido inmejorable”.

Esa emoción de las graduaciones no la viven sólo los alumnos. Alfonso López Pulido, director del Área de Másteres en Didáctica y Organización Escolar, será el encargado de impartir la lección magistral bajo el título de ‘Continuidades y discontinuidades en contextos escolares’. Asegura que la emoción de este año será doble. “Llevo varios años yendo a las graduaciones en Logroño y también he asistido a las de Quito y Guayaquil y son momentos muy emocionantes. A eso sumo este año el honor de impartir la lección magistral”. 

En su discurso tratará de establecer una relación entre la tradición educativa y el presente. “Hay mucha más relación de la que aparentemente existe”, explica el profesor, “y sobre todo, se trata de un tema totalmente transversal a toda la Facultad de Educación; quiero que todos se sientan identificados de alguna manera”. Para López Pulido, más allá de lo académico, no hay nada comparable como el momento en que “te encuentras a un alumno que se está graduando y te reconoce, ese ya es el no va más”. 

Hay quien ha encontrado en UNIR algo que va más allá de los contenidos académicos. Es el caso de Rosa María Gonzalez Serrano, alumna del grado de Pedagogía que pronunciará uno de los discursos de la graduación de esta tarde. Tras muchos años intentando estudiar Pedagogía a distancia compaginándola con su trabajo y su condición de madre soltera, estaba a punto de tirar la toalla pero alguien le recomendó probar en UNIR. “En tres años conseguí más de lo que había hecho en los ocho años anteriores. Mi autoestima estaba un poco tocada y necesitaba un cambio”, cuenta, “el cariño y el afecto de las tutoras desde el primer momento me ayudó mucho y he tenido profesores brillantes”.

En su discurso de esta tarde tratará de despertar en el público el mismo pensamiento crítico que ha nacido en ella a través de sus estudios de Pedagogía. “Quiero que se les genera alguna incógnita, que les surjan preguntas en algunas de mis palabras”, explica. 

Adela López, Vicerrectora de Estudiantes, entiende muy bien la emoción que sienten estos alumnos. “La graduación es un momento importante en cualquier universidad porque significa que han llegado a la meta culminando un camino duro y nosotros les hemos ido acompañando no sólo a través de la docencia sino también del seguimiento personal, las tutorías y el acompañamiento continuo”, explica. Por eso considera que la ceremonia de graduación no es sólo un éxito para el estudiante sino para toda la universidad.

“Somos muy conscientes de las dificultades que enfrentan nuestros estudiantes porque tienen que compatibilizar con trabajo, familia y circunstancias a veces difíciles y por eso verles llegar es muy ilusionante”, continúa, “todo ellos agradecen a sus familias que les hayan acompañado y sienten que el esfuerzo ha valido la pena”. López asegura además que la mayoría de ellos consigue mejorar sus condiciones laborales después de estos estudios. 

“Siempre les digo que han llegado a una meta pero al mismo tiempo es el inicio de otro camino, que no paren en nunca en el intento de mejorar su condición profesional, su cualificación, esa formación permanente tan necesaria hoy en día. Que mantengan el nivel de superación”, señala la Vicerrectora de Estudiantes de UNIR, “también les aconsejo que no le tengan miedo al esfuerzo porque lo que mucho vale, mucho cuesta. Que no tengan miedo a seguir trabajando duro para conseguir lo que se propone porque tanto UNIR como otra universidades tenemos las puertas abiertas para seguir acompañándoles”.

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