Para lograr una ciencia de excelencia, la estrategia científica de un país no puede estar sujeta a cambios constantes. Los científicos españoles puntúan con un 9,4 sobre 10 la necesidad de una política científica definida, con objetivos y estrategias claras, y sobre todo estable en el tiempo. Ésta es una de las principales conclusiones del II Foro de Ciencia de la Fundación Lilly “Evaluación y Priorización de la Investigación en España: el punto de vista de los investigadores”, que recoge la visión de más de 200 relevantes científicos de nuestro país.
Otras de las propuestas, dirigida a favorecer la excelencia científica, es la participación de los investigadores en la elaboración de las directrices de I+D, considerando importante la creación de organismos colegiados independientes integrados por científicos de reconocido y demostrado prestigio, siguiendo el ejemplo de los modelos anglosajones (Royal Society ó la Academy of Sciences). Asimismo, se hace deseable un Pacto de Estado para el Desarrollo de la Ciencia entre los principales Partidos Políticos.
En este marco, se considera la evaluación como elemento imprescindible en la formulación de una política científica, y el establecimiento de prioridades. “Es manifiesta la demanda por parte de los científicos de estrategias realmente coordinadas entre todos los sectores implicados, suficientemente dotadas, estables temporalmente y con una mayor participación del sector privado”, resume el doctor José Antonio Gutiérrez, director de la Fundación Lilly, y que fuese director del Instituto de Salud Carlos III. Por su parte, el doctor José María Martín Moreno, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital Clínico Universitario de Valencia, resalta que “la posición más crítica es respecto a la falta de coordinación entre las administraciones que tienen responsabilidades en I+D+i, existiendo una relativa confusión sobre las mismas, así como solapamientos en ciertos aspectos y lagunas en otros”.
Cabe destacar que las 211 entrevistas incluidas en el estudio recogen la opinión y percepción de los científicos sobre la situación de la ciencia en nuestro país, así como del sistema de evaluación de la actividad investigadora. Estos materiales fueron analizados por un Grupo de Expertos (20 científicos de reconocido prestigio entre los que figura Doña Cristina Garmendia, actual ministra de Ciencia e Innovación), quienes, a la vista de los resultados, emitieron sus puntos de vista para la elaboración de las Conclusiones presentadas.
Tanto el doctor Gutiérrez como el doctor Martín Moreno coinciden en señalar lo esperanzadora que resulta la decisión de crear un Ministerio de Ciencia e Innovación que aúne a las universidades. “Resultaba difícil de entender (y más aún de coordinar), no tener bajo el mismo techo a todos los actores implicados. Creo por ello que estamos ante una oportunidad de lograr la anhelada coordinación. El éxito del planteamiento habrá de contar con una adecuada evaluación y priorización de los esfuerzos en I+D, única manera de formular estrategias adecuadas, y conocer y valorar sus resultados”, explica el doctor Gutiérrez. En opinión del doctor Martín Moreno, las conclusiones de esta encuesta “pueden resultar valiosas como fundamento para poder ajustar mejor la adaptación del modelo”.
Los científicos encuestados consideran imprescindible apostar por la excelencia, pero “haciéndola compatible con el apoyo a la investigación emergente y la innovación. La necesaria priorización no debe ahogar la creatividad”. Además, señalan los científicos, se debe seguir impulsando aquellas áreas donde tenemos calidad como pueden ser ciertas investigaciones básicas en el campo de la alimentación, el cáncer o la terapia celular, entre otras.
Uno de los aspectos en los que se ha observado un mayor desacuerdo entre los investigadores corresponde a si la investigación biomédica debería tener un trato diferenciado del resto por sus especiales circunstancias. Aunque la opinión predominante valora con un 5,9 la posibilidad de un trato diferenciado a la investigación biomédica y con un 5,6 esa misma posibilidad referida a la investigación clínica, los investigadores de las áreas química o física sitúan esa puntuación por debajo de 5.
“Hay quien considera que sólo existe una ciencia y no debe haber distinciones. Otros insisten en dar una consideración especial a la vertiente traslacional de la investigación biomédica; con independencia de la valoración que se pueda tener de que el organismo gestor de este tipo de investigación dependa el Ministerio de Sanidad o en el de Ciencia, los que trabajan en investigación clínica, particularmente en los hospitales, creen que puede ser necesario fomentar una mayor conexión directa entre la atención clínica y la investigación biomédica”, concluye el doctor Martín Moreno.