Consolidado su poder para evitar defectos en el feto y prevenir la anemia, ahora se descubre, en un trabajo realizado con cobayas, que el ácido fólico (un tipo de vitamina B) que contienen los vegetales de hoja verde, las alubias y los frutos secos también puede servir para tener un corazón fuerte y sano. Al menos, así ha resultado cuando se les administraba a los animales en dosis altas y a corto plazo.
Un equipo de científicos de varios países que trabajaron de forma conjunta en la Universidad Johns Hopkins, informan de que las cobayas a las que se les proporcionan 10 mg. diarios de folato (otra forma de llamar al ácido fólico, o vitamina B9) una semana antes de provocarles un infarto, tenían menos afectado el corazón que las que no recibieron el suplemento. Como promedio, según aclaran los investigadores, la cantidad de músculo cardiaco que resultó dañado por el infarto era sólo una décima parte en las cobayas tratadas con la vitamina.
Los hallazgos del equipo, que será divulgado en la revista oficial de la Asociación Americana de Cardiología ('Circulation'), han llegado sólo unas semanas después de que otro trabajo internacional en humanos sugiera que los suplementos de ácido fólico en dosis bajas pueden prevenir la demencia en ancianos y los partos prematuros en mujeres embarazadas.
David Kass, el director del proyecto de investigación y catedrático de dicha universidad, ha insistido en que “es prematuro recomendar a los pacientes empezar a tomar altas dosis de folato, pero si se completan estudios en humanos que prueben una eficiacia similar, entonces deberían administrarse dosis altas a los grupos de alto riesgo para evitar un infarto de miocardio (IAM) o atenuar sus consecuencias”.
La ventaja más plausible y práctica de tomar suplementos, indica el especialista, reside en el potencial del ácido para 'amortiguar' los efectos del IAM, de forma que se podría administrar a una persona en el momento de sufrir el infarto para aprovechar sus efectos hasta que sea atendido por personal médico de emergencias.
Se espera que sean realizados ensayos clínicos sobre la materia en el futuro inmediato, aunque para Kass, el mayor reto a la hora de evaluar la sustacia es que las dosis altas para humanos equivalentes a las de las cobayas exigirían tomar más de 200 píldoras de un miligramo al día. Además, matiza que aún no se sabe si es seguro tomar esas cantidades: “Hasta ahora, la dosis más elevada que ha resultado segura para consumo humano es de 25 mg. al día. Los efectos secundarios de una dosis de 200 serían ”impredecibles“, advierte, y también recuerda que algunos estudios han relacionado los suplementos de este nutriente con el cáncer de colon y el de próstata.