Son muchas las ciudades españolas que ya cuentan con una Agencia de Desarrollo Local, un organismo que ahora quiere poner en marcha el Ayuntamiento de Logroño. Getafe, Alicante, Oviedo, Santander, son algunos ejemplos de municipios de mediano tamaño que han optado por esta fórmula para impulsar el tejido empresarial y fomentar el desarrollo económico de su territorio.
Uno de los casos más relevantes es el que se produce en el País Vasco. La comunidad vecina contabiliza un total de 27 agencias de desarrollo local, que se agrupan en Garapen, la Asociación Vasca de Agencias de Desarrollo (www.garapen.net ).
Creada en 1992, Garapen tiene entre sus objetivos crear nuevas agencia de desarrollo local y consolidar las existentes, crear foros de debate, consolidar la labor de los Ayuntamientos y servir de plataforma para las empresas y pymes de la región. Entre sus socios están agencias y entidades de municipios como Amurrio, Muskiz, Galdakao, Portugalete, Orduña o mancomunidades como la de Durango.
Otro ejemplo representativo es el Getafe, una de las primeras Agencias de Desarrollo Local del país. En 1989 se creó Getafe Iniciativas (www.getafeiniciativas.es), cinco años después de que se creara en el municipio madrileño la Oficina de Promoción Industrial.
La entidad madrileña nació al amparo de la Ley 7/1985 Reguladora de las Bases de Régimen Local, a raíz de la que comenzaron a surgir en otros municipios, como Oviedo, Palencia, Santander, Benidorm, Alicante e incluso a mancomunidades marcadas por el desarrollo empresarial e industrial.
La competencia de los municipios en este ámbito recibió un impulso con la aprobación de la Ley de Grandes Ciudades (Ley 57/2003 de Medidas para la Modernización del Gobierno Local) que recoge la posibilidad de crear nuevas formas de gestión municipal, entre las que hace referencia a las entidades públicas empresariales, abordando su composición. forma de organización y órganos de control.