Denuncian botellones de madrugada “consentidos por el Ayuntamiento y la Policía” en la Calle Laurel

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 Los vecinos y vecinas del Casco Antiguo de Logroño vuelven a denunciar una vez más la situación que padecen. Según señalan y demuestran con un vídeo, la emblemática calle Laurel logroñesa se convierte cada fin de semana en un lugar “de botellón y desmadre” que, pese a ser denunciado desde hace meses por diferentes vecinos de la zona, continúa produciéndose con total impunidad.

A través de un comunicado, 'Demanda Casco Antiguo' lamenta “la perversión” de uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad, incluso patrimonio inmaterial de los logroñeses, “por el abuso de un grupo reducido de hosteleros que incumplen los horarios de cierre y despachan cientos de cubatas en vasos de plástico para alimentar a las despedidas de soltero”. Pese a las reiteradas llamadas vecinales a la Policía advirtiendo de que los establecimientos de La Laurel son, o deberían ser, bares con horario restringido de cierre obligatorio a las doce de la noche, los botellones se repiten cada madrugada de sábado y domingo ante la impotencia de los vecinos que asisten atónitos “al ver cómo los agentes se cruzan de brazos”.

'Demanda Casco Antiguo' recuerda que las calles Laurel, San Juan, San Agustín y aledañas cuentan con una 'bula' que les exime del cumplimiento de las ordenanzas de ruido, que prohíbe las aglomeraciones fuera de los establecimientos hosteleros, y cívica, que prohíbe el consumo de alcohol en la vía pública, en reconocimiento a su interés turístico y a la tradición de tapeo, que históricamente siempre convivía en armonía con los vecinos. “Preguntamos al alcalde si el video adjuntado responde al interés cultural o turístico. Para nosotros es frustrante sufrir cada fin de semana el incivismo de borrachos alimentados por un grupo reducido de hosteleros mercenarios”, señalan.

Insisten en que su intención no es cerrar ni acabar con esta tradición de consumo de tapas y vinos, sino terminar con los abusos de una minoría y por ello piden tanto al alcalde, Conrado Escobar, como al comisario jefe, Héctor Ruiz, que hagan cumplir las ordenanzas, “comenzando por aclarar qué tipos de licencias tienen todos los establecimientos, incluso sus oscuras adjudicaciones con diferencias horarias, con la colocación de la hora de cierre de forma visible en las puertas como establece la legislación”.

“Apoyamos a los negocios tradicionales de la zona y, de hecho, les animamos a denunciar estas prácticas, pero invitamos al alcalde y al comisario a 'logroñear' el fin de semana de madrugada por la zona y comprobar en qué se ha convertido la calle Laurel”, continúa el comunicado. 

Los vecinos insisten en que, según el decreto de horarios del Gobierno riojano, a las doce de la noche deberían estar cerrados los bares con licencia de tipo B restringido, como debería ser la de todos los establecimientos de estas zonas excepcionadas del casco histórico y con las mesas altas ya recogidas en su interior, pero lamenta el “absoluto descontrol” con algún supuesto restaurante que sirve cubatas pasada la medianoche y bares que, aprovechando su doble puerta con salida a Bretón de los Herreros en la Laurel y San Agustín, atienden incluso clientes hasta las 2,30 de la mañana en estas estrechas calles, cuya propia configuración amplía el sonido como cajas de resonancia.

“Después de meses, no hemos conseguido aún que la Policía Local mida los ruidos de nuestros domicilios argumentando que no puede sancionar a la discoteca Stress de la calle Laurel cuando abre continuamente la puerta con la música a tope porque la medición saldría distorsionada por el botellón de la calle. Cuando pedimos que entonces midan el ruido de la vía pública, nos dice la Policía que tampoco puede sancionar a nadie al ser una calle en la que está permitido el consumo y las aglomeraciones independientemente de la hora”, explican.

'Demanda Casco Antiguo' desconoce que exista otro caso igual en España en el que se aproveche una excepcionalidad cultural para permitir el botellón de madrugada en la vía pública, incluso con bebidas traídas de casa, una situación que nunca hasta poco más de un año se había producido y que va en aumento semana tras semana hasta ser una de las principales causas de que Logroño se haya convertido en destino favorito del “turismo de borrachera”.

La asociación ha enviado esta misma mañana un correo electrónico a los cinco grupos municipales, que por acuerdo de pleno aprobaron las excepciones de cumplimiento de las ordenanzas para los establecimientos de las mencionadas calles especiales, para que limiten de forma inmediata a un máximo de las doce de la noche el consumo en la vía pública y obliguen al cierre de las puertas de acceso a dicha hora a aquellos establecimientos que tienen salida a Bretón de los Herreros y cuentan con horarios más amplios.