El bulo de los falsos secuestros ya ha llegado a Logroño. Y es que Rioja2 ha tenido acceso a varios audios que está circulando por whatsaap alertando de falsos secuestros de niños en colegios de la capital riojana. Os vais a quedar heladas, comienza, el audio. “Lo escuché hace unos días en el telediario y no me lo podía creer”. Una madre angustiada relata su propia experiencia. Y es que en los últimos días ha recibido una llamada “de un niño como si fuera Germán, gritando y diciendo que le habían secuestrado”. Inmediatamente, continúa, ha cogido el teléfono un señor diciendo que quería dinero y que, en caso de no recibir el pago, venderían el niño a las mafias rusas para el contrabando de órganos.
Finalmente, la supuesta madre que graba el audio asegura que ha sido un falso secuestro porque ha podido hablar con su hijo y comprobar que estaba bien. Según cuenta, ya lo ha comunicado a la Policía Nacional. Dice que se trata de una “mafia chilena que realiza las llamadas desde las peores cárceles de Chile. Llevan tiempo haciéndolo, chantajeando a la gente, no sé como consiguen los teléfonos”, asegura pidiendo a la gente que lo difunda para aviar al resto de familias.
La Policía Nacional tiene conocimiento de estos y otro bulos y asegura que los grupos de Whatsapp están desbancando a las propias redes sociales como potentes altavoces de bulos, las mayoría haciendo referencia a supuestas fuentes oficiales, intentando así darles mayor credibilidad.
Riesgos totalmente infundados, supuestos malhechores que parecen de película, prácticas o crímenes muy propios de la ficción... son difundidos a todos sus contactos, en especial por los grupos de adultos, en ocasiones sin verificación alguna.
Los nuevos gadgets, como smartphones o tablets, se han convertido en potentes herramientas para difundir estos bulos. Los especialistas de la Unidad de Investigación Tecnológica (UIT) y del Grupo de Redes Sociales de la Policía Nacional han registrado miles de denuncias, consultas y peticiones de ayuda de los internautas a través de los canales telemáticos de la Policía, como @policia https://www.facebook.com/PoliciaNacional o www.policia.es/colabora.php.
En caso de recibir algún mensaje de este tipo, la Policía Nacional pide a los ciudadanos que no los viralicen a través de las redes sociales y mensajería intantánea. De hecho, el Grupo de Redes Sociales de @policia se recuerda la importancia de no creer ni difundir mensajes que no procedan directamente de fuentes oficiales. Con este objetivo la Policía ha elaborado un “top ten” con los diez bulos más recurrentes, llamativos o difundidos en Internet.
Así, entre los bulos más compartidos, el secuestro de menores ocupa el primer lugar seguido por las frutas infectadas, el atentado terrorista inminente, las colonias que te duermen para robar, las golosinas con droga, los falsos vales de descuento, los llaveros con chip localizador, las luces del coche, la llamada de 1.500 euros y los falsos vales de descuento.
La mayoría de estos falsos rumores son anónimos, no están firmados, aunque hacen referencia a fuentes fiables. Además suelen están redactados de la manera más atemporal posible y carecen de fecha de publicación para que pervivan lo máximo posible circulando en la Red. Otro rasgo que los define en que cuentan con un gancho -generador de miedo, morboso o de tipo económico- para captar la atención del internauta. También tratan de aprovechar una coyuntura favorable y relacionada con la información falsa, como la comisión de atentados terroristas en otros países.
Los bulos, por lo general, están escritos en castellano neutro (si emplean este idioma) para facilitar la difusión a nivel internacional en aquellos países de habla hispana. Además, habitualmente contienen faltas de ortografía o una redacción deficiente. También como característica común encontramos que normalmente incluyen una petición de reenvío, ya sea para alertar a otras personas, para evitar mala suerte o la muerte, concienciar a otros o con cualquier otro motivo. El objetivo de esta petición de reenvío reside en captar direcciones de correo, crear bases de datos, transmitir malware, realizar posteriores campañas de correo masivo o simplemente difundir la información falsa el máximo posible para generar el miedo en la población.