Cambia Logroño ha denunciado que los problemas con el dispositivo de acogimiento a los vendimiadores temporales (temporeros) lejos de solucionarse, pese a las quejas realizadas por la agrupación hace dos semanas, se han agudizado. Según han indicado, ha sido necesario prolongar una semana el dispositivo, sin contar con el personal ni con los medios suficientes, y esa falta de personal ha tenido que ser cubierta por voluntarios.
La formación ha detallado que se trata de personas que, de forma individual, han respondido al llamamiento hecho a través de las redes sociales, correos y whatsapp, donde se pedía colaborar con los trabajadores municipales que estaban “totalmente desbordados”.
El pasado 3 de octubre Cambia Logroño ya denunció la situación del dispositivo, “al borde de su capacidad”, a lo que había que sumar, por una parte, la falta de previsión, la falta de recursos y las claramente mejorables condiciones de los trabajadores encargados de su correcto funcionamiento; y, por otra, las quejas de los vecinos y negocios del pasaje, de cuya limpieza, al tratarse de un pasaje privado aunque su uso sea público, el Ayuntamiento no se responsabiliza.
La falta de previsión estaba afectando no sólo al número de plazas, sino también a las condiciones de los trabajadores implicados, obligados a aumentar su jornada en estos días, trabajando 7 días a la semana, sin cobrar horas extras, y en unas condiciones precarias; y a los servicios de comedor ofrecidos por la Cocina Económica, donde el domingo 21 una mala gestión hizo que muchos temporeros se quedasen sin comer, según Cambia Logroño.
Esta formación culpa a la “negligente” gestión del PP de estos problemas y solicita la búsqueda de una solución real, siendo conscientes de que hablar del acogimiento de los trabajadores temporales de la vendimia no es hablar de caridad, sino que son parte del sistema productivo de nuestra comunidad por lo que, en la búsqueda de unas condiciones laborales dignas, deben implicarse no sólo el Ayuntamiento sino también los agricultores y bodegueros, el Gobierno de La Rioja y el Consejo Regulador, beneficiarios en última instancia del trabajo que estos trabajadores realizan durante la vendimia en condiciones “que rozan lo humanamente razonable”.