“No podíamos imaginar que saliera así”. De esta manera comenzaba Ángel Varea, concejal de distrito, el último encuentro con la prensa en cuanto a la Ciudad Inventada se refiere, analizando cómo ha ido el proyecto.
“Fue una decisión arriesgada que se salía de los cánones y, por tanto, era complicado evaluar los resultados, comprando un proyecto experimental, pero hemos llegado al objetivo”, recalcó el concejal, con éxito en varios aspectos:
Uno de ellos ha sido el centrarlo en el Casco Antiguo, haciendo de este corazón de la ciudad, a menudo olvidado, un lugar por descubrir, “como si de una gran sala de exposiciones se tratase”. No hay que olvidar la gran promoción de la ciudad que la Ciudad Inventada ha hecho posible, “situando en el mapa Logroño, colocándolo como referente de vanguardia”. Muchos medios nacionales se han hecho eco estos días de este especial proyecto y esto es algo que el Ayuntamiento quiere reconocer. “Que Logroño se conozca por algo más que el vino”, puntualizó Varea.
Varea comentó también la ilusión de los ciudadanos y el destacable papel del voluntarios (aproximadamente 75 personas). Y la última actuación en la Plaza del Mercado, “con esa gran capacidad de asombro para todos los allí presentes”, calificándola de apoteósica. “Hemos inventado un nuevo verbo, Logroñear (pasear y descubrir la ciudad)”.
FELICIDADEl director artístico, Alfredo Tobía
, destacó también el gran éxito a pesar de ser “novatos y de no ser un proyecto que no tiene fácil lectura”, pero “la gente estaba feliz, tanto el público como los artístas”. “Al ser un espacio público no hay obligación de que la gente se quede, pero ahí estaban”.
Dado el gran éxito se comento la posibilidad de repetirlo cada dos años ya que es un evento que por su envergadura no puede realizarse anualmente. Hay que buscar creadores, nuevos lugares y aunque habrá cosas como la calle de la nieves que presumiblemente se repetirá, todo lo demás hay que volverlo ha inventar.