La tasa de cementarios se actualiza en la nueva ordenanza y tendrá un coste de más del doble para los enterramientos según el rito musulmán. Tras varios años sin actualizar, la tasa está incluida en el nuevo Proyecto de Ordenanzas Fiscales, que entrará en vigor el 1 de enero y presenta diferencias por ritos.
En concreto, la tasa general será de 223,40 euros (en la sepultura de niños y neonatos la tasa es más baja). Esto supone una subida en la tasa general de un 2,6%, lo que corresponde al IPC de agosto, “lo mínimo posible”, señalan desde el Ayuntamiento de Logroño. A este preció habrá que sumar 350 euros más para las sepulturas según el rito musulmán.
Según explican desde el Ayuntamiento de Logroño, la sepultura es distinta y es que se necesita una importante cantidad de tierra que se deposita en una capa por encima de los cuerpos o los féretros. Por ello, supone un servicio y coste diferentes a los ritos cristianos, que el Ayuntamiento subcontrata, e incluye la tierra necesaria, su traslado con maquinaria y su descarga.
Logroño cuenta con cementerio musulmán en el camposanto municipal desde 2009 y, tras años de demandas por falta de espacio, en 2022 se habilitó una superficie mayor. También explican fuentes municipales que la tasa de cementarios no había subido hasta ahora porque el cementerio musulmán porque, cuando se puso en marcha no dio tiempo a incluirlo en la última ordenanza, la del año 2023. Ahora los ritos musulmanes de sepultura supondrán 350 euros más porque, aseguran desde el consitorio, “es la diferencia del coste”.
Marian Aretio, miembro de la comunidad musulmana de Logroño y una de las impulsoras de la construcción del cementerio, explica que, en general, el rito funerario islámico se cumple en Logroño. La única diferencia es que esta religión recoge el enterramiento del cuerpo envuelto en un sudario y directamente en la tierra y en La Rioja la normativa de Sanidad Mortuoria no lo permite y exige que se haga con ataúd por cuestiones sanitarios. Aunque, recuerda Aretio, “otras comunidades autónomas, la última Galicia, están modificando sus normativas para permitirlo; simplemente requiere un estudio para asegura que no hay aguas subterráneas”.
Las sepulturas son siempre individuales y están orientadas hacia La Meca. En el cementerio antiguo de Logroño se excavaba directamente la tierra y en nuevo, las fosas están construidas con hormigón con el requisito de que la parte de abajo sea de tierra. Después se tiene que rellenar con tierra el espacio que queda entre el ataúd y la lápida y de ahí la necesidad de una cantidad mayor de tierra, que sube la tasa en Logroño.
Cuando alguien fallece, según el rito funerario islámico, dos miembros de la famillia, del mismo sexo que la persona difunta, la lavan, amortajan y perfuman y después, se realiza un acompañamiento con oración hasta el momento de la sepultura. Durante el entierra, también se realiza una breve oración.
En la comunidad musulmana es habitual que las personas cuenten con un seguro de repatriación y, sobre todo en las personas mayores, se trasladaban los restos fúnebres al lugar de origen. “Pero las personas jóvenes se siente más autóctonas y ya se piensa en enterrarse en la ciudad en la que vives y están tus hijos porque los musulmanes tenemos tradición de visitar a los difuntos”, explica Marian Aretio, que puntualiza que estos seguros cubren tanto la repatriación como el rito en la ciudad en la que se vive.
Mientras hay provincias que todavía no tienen cementerio musulmán, Logroño lo tiene desde 2009 y desde hace dos años, con un nuevo espacio ampliado y dignificado en el que se cumplen las condiciones que marca la religión islámica, aunque ahora con un coste superior a los esterramientos cristianos.