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Gran Vía 25, un año después

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A las siete de la mañana de un sábado de primavera, una tremenda explosión sacudía a una ciudad todavía durmiente y provocaba la muerte de cuatro personas, un matrimonio R.V y M.L.S y sus hijos de 9 y 8 años. Solo R.S de 81 años, madre de uno de los fallecidos y abuela de los menores, conseguía sobrevivir.

La explosión de gas se produce en el piso 3º Izquierda de un inmueble en pleno corazón de la Gran Vía. La deflagración afecta seriamente a los pisos cuarto y quinto y queda gravemente dañado: las 26 personas que lo habitaban saben que aunque han salvado la vida, se han quedado sin hogar.

Para Jalal, su mujer y sus dos hijas, ese fatídico día les trastocó sus vidas totalmente “ha sido un cambio radical” asegura. El balance para este padre de familia “ha sido fatal, por un lado las compañías de seguros que no adelantan nada, el derribo al que tenemos que hacer frente, ya hemos hecho frente al primer pago de 300.000 euros, unos 20.000 euros por familia, y ahora vendrá el segundo, además sólo teníamos un año de alquiler pagado por los seguros, que ya ha pasado, y ahora me encuentro con una hipoteca, un préstamo para pagar el derribo y el alquiler del piso a donde nos fuimos.” Durante estos largos meses no han pensado en rehacer su vida lejos de La Rioja “el trabajo que tengo aquí obliga”, explica, de este tiempo sí se lleva “la solidaridad y el cariño de los riojanos, que nos proporcionaron ropa para mi mujer y mis niñas y lo que necesitáramos”, aunque hay noticias que les hace más difícil olvidar como el terremoto de Lorca “aunque es distinto porque ha sido por causas naturales , el susto y el pánico en el cuerpo se vive igual y entendemos a todas esas familias que se han quedado sin hogar y el desamparo que se siente”. Ahora sus esperanzas las vuelcan en la sentencia de un juicio lento que les mantienen enfrentados con el Ayuntamiento por el pago de una cuantía “demasiado elevada” del derribo del inmueble.

Por la ciudad resuenan las sirenas de bomberos y ambulancias. Los servicios de Emergencia se

afanan por rescatar, en ocasiones entre los escombros, a las personas que habitan el inmueble. Muchos de ellos, tienen que bajar por unas escaleras tambaleantes en pijama y con lo puesto. Algunos de los vecinos no se encuentran en sus domicilios: pasaban en día fuera o como Jon Ajona, un joven de Estella que vivía alquilado en el 2º Izquierda, había decidido pernoctar en la casa familiar. Gracias a ello salvó su vida: la explosión abrió un boquete enorme desde el cuarto piso hasta el segundo y sobre su cama cayeron kilos de escombros del piso donde se produjo la deflagración, de hecho, los bomberos rescataron a la única superviviente de la familia fallecida en la habitación de Jon.

Nueve personas resultaron heridas y tuvieron que ser asistidas por los servicios sanitarios y las 26 personas que habitaban el inmueble fuero realojadas en hoteles y en pisos de alquiler facilitados por las Autoridades Municipales. Su vida cambió para siempre porque no solo habían perdido su casa sino tendrían que hacerse cargo del pago del derribo del edificio y de las costas de la investigación judicial.

En total 622.000 euros. Las aseguradoras se hacen cargo de 130.000 euros pero el resto lo tendrán que pagar los catorce propietarios del inmueble. Los vecinos aseguran que la investigación judicial es lo que ha elevado el coste final y hasta que no haya una sentencia judicial que determine qué pasó y de quién es la responsabilidad, los propietarios deberán hacerse cargo de los costes.

En su día, el Ayuntamiento asumió el coste del derribo que comenzó el pasado 31 de mayo de 2010, casi un año después, del que se hizo cargo la empresa Grupo Ortiz quien, en su día, había acometido el desmontaje del edificio Windsor en Madrid.

12 meses después, el consistorio les pasa la factura. Sin embargo, parece que se podría llegar a un acuerdo. El portavoz municipal, Vicente Urquía, afirmaba hace unos días que el Ayuntamiento aplazará el pago de los costos hasta que haya una sentencia firme al respecto, y si de ser ganada por los vecinos contra las aseguradoras, no tendrán que pagar interese de demora. De no ser así, el consistorio también les propuso fraccionar el pago en cuatro años o lo que necesiten.

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