La Casa de las Ciencias clausura mañana domingo ‘Científicas olvidadas jamás contadas’, una exposición de Rosana Largo Rodríguez, que divulga el legado de doce científicas e inventoras, a través del lenguaje de los cuentos tradicionales.
La muestra conecta a las protagonistas de cuentos infantiles con mujeres científicas e inventoras como Hypatia de Alejandría, Marie Curie, Ruth Sager, entre otras, cuya fundamental contribución en diferentes ramas de la ciencia ha sido muchas veces ignorada u olvidada.
Esta exposición pretende cambiar el estereotipo de algunos cuentos en los que la protagonista solo aspira a casarse y comer perdices para siempre; y sobre todo, acercar al público familiar los descubrimientos científicos e inventos más relevantes hechos por mujeres, utilizando el cuento como herramienta comunicativa para llegar mejor a los niños y niñas.
La exposición cuenta con tres apartados diferenciados, uno de mujeres científicas, otro de mujeres inventoras y otro del ‘Principito en el siglo XXI’ sobre las calculadoras de estrellas.
El apartado de científicas relaciona el cuento de ‘Alicia en el País de las Maravillas’ con la matemática, astrónoma y filósofa Hypatia de Alejandría; el de ‘Pulgarcita’ con la entomóloga María Sibylla; ‘Ricitos de Oro’ con la astrofísica Henrietta Swan; Caperucita roja con la física Marie Curie; ‘La princesa y el guisante’ con la genetista Ruth Sager y el cuento de ‘Blancanieves’ con la bióloga molecular María Blasco.
El área dedicada a las mujeres inventoras conecta el cuento de ‘La sirenita’ con el telescopio submarino de Sarah Mather; el de ‘Cenicienta’ con el lavavajillas de Josephine Cochrane; ‘La bella y la bestia’ con la tecnología alimentaria y el sistema de envasado al vacío de Amanda Jones; ‘La casita de chocolate’ con las cookies de Ruth Wakefield; ‘El mago de Oz’ con el GPS de Hedy Lamarr y el cuento de ‘La lechera’ con la máquina transportadora de leche de Fermina Orduña.
Otra sección especial de la exposición está dedicada al cuento de ‘El principito’ y al nuevo planeta que si Antoine de Saint-Exupéry viviera dedicaría a las mujeres astrónomas del XIX que son conocidas como las “Computadoras de Harvard”.
La exposición dispone de dos photocall para que los niños y niñas puedan fotografiarse como inventoras o científicas. De esta manera se pretende dar visibilidad a las mujeres que han contribuido al desarrollo de la ciencia y cuyos inventos han mejorado la vida, con la finalidad de que sirvan de referentes y de inspiración a las nuevas generaciones.
Además, cuenta con un juego a modo de rosco de preguntas, en el que las personas visitantes podrán poner a prueba sus conocimientos sobre 26 científicas y sus aportaciones al avance de la ciencia.