“Hemos elegido Logroño porque mi padre tuvo aquí un local en la calle Laurel, el que actualmente es el Jubera. Por eso vende patatas el Jubera, porque nosotros nos dedicamos a la patata, el mejillón y el calamar, cuando ellos inauguraron nos pedían patatas y por eso empezaron a servirlas”, cuenta Alfredo Escudé, uno de los propietarios de La Mejillonera.
Ahora, junto con su hermano, vuelve a Logroño para expandir el negocio familiar, una cervecería llamada La Mejillonera. Su apertura será este viernes, 6 de septiembre.
La Mejillonera se fundó en 1967. Ahora, la segunda generación empieza la expansión. Actualmente tienen locales en Pamplona, San Sebastián, Zaragoza, Valladolid, Burgos y muy pronto también en Logroño. “No es una franquicia sino una sociedad compartida que se va expandiendo”, explican.
El local tiene 200 metros cuadrados en planta y otros 200 en el sótano, con entrada por la calle Bretón y también por Avenida de Portugal. En su carta podremos encontrar patatas bravas, mejillones elaborados de cinco formas diferentes (al vapor natural, a la escocesa, marinera, vinagreta y mahonesa con picantes) y calamares (con pimientos del padrón o calamar bravo).
En el apartado de bebidas: cerveza, vino, sidra y refrescos. “No hay cafés, batidos, zumos ni bebidas alcohólicas fuertes, en algunos de nuestros locales no hay ni mesas, la gente viene, echa el pote en la barra y se va, aquí habrá mesas porque el local es más grande”, explican sus dueños.
La Mejillonera abrirá en horario de mañana y de tarde-noche con precios “baratos” porque la política es “ajustar siempre al máximo la calidad y el precio”. Aunque el encargado y la responsable de cocina vendrán de fuera, la empresa espera contratar aquí a unas doce o quince personas en las próximas semanas.