“Dada la situación económica, la infraestructura del arte y las galerías, de aquí a dos años veremos los galeristas que quedamos aquí...”. Este es el negro escenario que pinta Enrique Martinez Glera, un apasionado del arte que comparte su afición con aquel que quiera acercarse, y sumergirse en la galería que lleva su nombre (http://www.galeriamartinezglera.com/ ) y que un día abrió sus puertas hace ya diez años. A pesar de contar con una de las galerías con más solera de Logroño, de amplias salas repletas de sucesivas exposiciones “originales y distintas, una alternativa a lo que estamos acostumbrado a ver en las exposiciones institucionales”, cada día tiene que comprobar que falta lo más importante para subsistir, el público y las ventas.
La crisis económica parece ser la principal causante de abandono del arte por los mortales y dirigentes, y sólo en contadas ocasiones parecen ver la luz, pero ésta es muy tenue como para que la esperanza vuelva a brillar en sus mentes, “desde hace 3 o 4 años atrás ves que va disminuyendo todo, no es tanto un problema de ventas como que la gente no viene a las exposiciones, hay desinterés general, la gente no entra, no está motivada... a veces no veo el sentido de seguir, no tenemos ayudas de sector público ni local, ni regional ni estatal, ayuda oficial, las instituciones tendrían que ayudar más”, insiste Enrique.
“UNA EMPRESA PRIVADA DE USO PÚBLICO”
Como a cualquier comercios, las galerías y el arte en general, son uno de los sectores que más se han tambaleado en este terremoto mundial, muchos han caído sin poder apuntalar las grietas y otros se esfuerzan a diario por no derrumbarse del todo y buscan ese apoyo privado y público “somos una empresa normal, nos definen como empresas de titularidad privada pero de uso público”, explica el galerista, como empresa particular “sufrimos sus desventajas” poca gente conoce que soportamos
muchos gastos
, de primeras “los fijos como la luz” y luego acarreamos con lo demás “transporte de las piezas, montaje, seguros, publicidad...etc”, explica, para que los visitantes disfruten del mejor arte “hacemos una función pública y fomentamos una cultura pública, en las exposiciones te juegas tu dinero y traes lo original, lo diferente, la calidad, adaptándonos al arte actual”, pero como negocio que cumple o cubre esa función pública “se nos exige por ello unas horas y que las instalaciones cumplan unas normas”, motivo suficiente para que se sientan abandonados en su camino “no queremos ayudas económicas en sí, sino que las autoridades nos apoyen con su presencia en las salas y que inviertan más en la proyección, no ya de nosotros, sino de los propios artistas que hay en esta comunidad”.
“NECESITAMOS PROYECCIÓN, ARTISTAS Y GALERISTAS”
Hay muchos sectores que enriquecen a La Rioja, como el vino, la gastronomía...que se apoyan con ferias, con iniciativas dinamizadoras, unas acciones que reivindican los galeristas como parte importante del entramado artístico “por ejemplo que nos lleven a, que den a conocer más el arte riojano fuera, que formen y proyecten a los artistas, o se organicen eventos en los que participemos las galerías o podamos asesorar como expertos, si queremos que defender la marca ‘arte riojano’ hay que contar con los propios productores, los artistas y los expertos en arte, los galeristas, les gustan nuestras ideas pero sólo recibimos largas y que ya lo estudiarán, no saben cómo funciona, las entrañas del negocio y las negociaciones, a la hora de gestionar y adquirir piezas para la ciudad por ejemplo”.
Se dice que uno no aprecia realmente lo que tiene hasta que lo pierde, un sentimiento que hay que paliar antes de tomar decisiones “trágicas”, de las que ya se están dando los primeros pasos, de entrada buscando nuevas fórmulas que encuentran fuera de nuestras fronteras, en países
emergentes en plena ebullición cultural, y, sobretodo moral, “estoy en contacto con otras galerías de Brasil con la idea de cooperar con ellas, o llevar mi idea y proyecto allá, e incluso de instalarme, hay que moverse, el arte es movimiento y tienes que abrirte a otros públicos y mercados”, explica el galerista, “Europa se está quedando vieja, parada, nos estamos quedando encogidos, y nos estamos parando...pero en otros países como Brasil, que es como la España en los 80, hay una explosión de ideas, de ruptura y se apuntan al carro, se arriesgan”.
Las nuevas tecnologías parecen no entenderse muy bien con el arte “otras salidas son más complicadas, se puede hacer mercado por Internet, pero hay que darse cuenta de que sólo es un escaparate, que la gente puede consultar pero que tiene que verse in situ, sobretodo piezas de más valor..”.
“UNA PROFESIÓN...DE RIESGO...ECONÓMICO”
A simple vista, resulta evidente que la crisis ha entrado con fuerza en las galerías españolas, pocos visitantes para tanto cuadros y un cierto silencio se cierne en sus espacios, y aunque cerrar sea la última opción que contemplan estos trabajadores vocacionales, la duda se cierne cuando echan cuentas a últimos de mes, “la Galería Martínez Glera nunca cobra nada
por exponer porque soy de los que opina que si cobro parece que les das pie al artista para que expongan lo que quieran, y si tienes dos muestras malas te desprestigia, prefiero elegir y seleccionar con la libertad según un currículo, trayectoria, y si me convencen pues accedo“.
Al fin y al cabo el arte es un valor tangible del que hay que vivir y del que a veces se paga un alto precio“corro más riesgos que el propio artistas, porque si venden algo me llevo parte de esa venta, pero si no venden yo me quedo con los gastos generados”, apunta, “a veces se arriesga más porque traemos piezas más difíciles de colocar otras no...y vas compensando pero el problema es que estamos vendiendo nada o muy poco...entonces llega un punto en que no compensa por ningún lado, porque los gastos aprietan y te hace replantearte todo”.
CRISIS DE VALORES
Pero parece que el valor intangible del arte, el de despertar pasiones, está adormecido o hay
miedo, “aquí ahora si intentas propones nuevas idas te tratan de loco, la gente está reticente..y no es por falta de dinero, insisto, es por miedo, que se contagia, hay pérdida de confianza, no de dinero...antes y después de la recesión la gente con posibles lo sigue siendo, pero no está comprando... o compran y regatean o te dan largas, e incluso ahora parece que está mal visto gastar”.
La especulación del arte sobre todo contemporáneo, con obras que se venden por precios desorbitados en las subastas también está haciendo daño y está sobrevalorado “por qué un Banksy está más valorado que otros graffiteros igual de buenos pero desconocidos, los valores están alterados, nadie sabe ya lo que es nada, pero eso es un problema cultural”, una apreciación que asimila el imaginario colectivo como “que el arte es caro y no es así, tenemos piezas de todos los precios, vendemos arte de artistas de todo tipo, y estamos para asesorar en la compra, informar sobre los artistas, explicar las obras..es un trato personalizado, no para pasear y llevarse el catálogo”, afirma el galerista riojano.
A pesar de la aparente “vulnerabilidad” del arte, invertir en ello sigue siendo hacerlo en un bien seguro, frente a otros sectores como el inmobiliario, que anda más parado, sin duda, la mejor forma de preservar el valor económico es coleccionar, eso sí, “ con un buen asesor”, “aconsejo que la gente compre lo que les guste, y si nos vamos a valores más seguros, aunque opino que la decisión debe de ir por el sentimiento, aconsejaría la escultura, más segura que la pintura, por el sólo valor material de la pieza, por lo que cuesta fundir en bronce”.
Las tendencias de compra cambian por la situación y la “moda” ahora es que “se está volviendo a comprar más realismo, y arte conceptual, la gente duda de todo y no se cree tanto lo abstracto lo figurativo, buscan lo que entienden, quizás porque les da más seguridad...”
LUCES Y SOMBRAS
Como todo en la vida, todo tiene sus sombras y sus luces y hay momentos de renacimiento puntuales como la exposición del artista riojano Luis Burgos (Varea, La Rioja. 1957), cuya obra se caracteriza por la presencia de figuras humanas de mirada enigmática y el uso de colores vivos, ‘Luis Burgos en Galería’, que “está teniendo éxito de visitas por ser un pintor de aquí más conocido, aunque de ventas andemos justos”. Llamo la atención de la Consejería de Cultura, y fue
entonces cuando a Enrique se le ocurrió hacer una paralela allí ‘Luis Burgos en Capilla’ (ya finalizada) “para que tuviese más éxito y lo fue entre el público”, explica, incluso desde la consejería hubo un interés por adquirir una de las obras “pero dieron esperanzas y nada más, no compraron, y aunque la cantidad era ridícula, me dijeron que no había dinero”. Y la ilusión se desvanece otra vez... “no hay apoyo de promoción de las instituciones que te dicen que no hay un duro, y la gente no compra, no entra gente, no entra dinero...y esto es un círculo viciosos, una espiral que afecta a todos”.
Logroño para ser una ciudad mediana, hay una oferta variada “aquí las galerías las llevan a su estilo y con su personalidad, hay una variedad y una calidad que hay que reconocer y valorar por parte del público en general, cuando la gente viene de fuera y ve las galerías se quedan alucionados y las aprecian, por contar con salas espaciosas donde disfrutar de una forma cómoda, que suele ser cada vez menos común, y ahora surgen muchas galerías, muy de diseño pero muy angostas”, afirma, “somos el reflejo del arte actual, de arte vivo, el que surge en la creatividad de los ciudadanos de a pie, comos galerías de calle, pensemos en los artistas.”
Nos despedimos de Enrique y de su galería, no sin antes una invitación de este “artista de la
vida“, a contemplar los últimos coletazos de ‘Luis Burgos en Galería”, y de una de sus obras estrellas, inédita, “En el ambigú del Infanta Isabel”, mural que reúne tradición y modernidad y que se incorporará en la remodelación del bar-ambigú del teatro, dentro de las obras generales de rehabilitación, al amparo del patrocinio cultural de la marca de cerveza tradicional de Madrid Mahou. El Teatro Infanta Isabel –ya centenario– se encuentra en la calle Barquillo de Madrid. Fue fundado en 1907 por una pareja de riojanos: Luis Garrido Juaristi, que fue alcalde de Madrid en los años 20 y, posteriormente, presidente del Centro Riojano de la capital y su esposa, Ceferina Martínez Zaporta, hija del fundador del periódico La Rioja, “como evento especial, antes de que se fije definitivamente en su destino, tendremos la oportunidad de admirarlo en la Galería, hasta el próximo día 6, miércoles, con lo cual daremos por concluida la exposición”. Esperamos que con el mismo éxito.