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Llorenc Barber 'tañerá' Logroño en La Ciudad Inventada

Rioja2

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El proyecto de La Ciudad Inventada continúa desgranando poco a poco el que será su programa de actos. En esta ocasión, el sonido y las alturas han sido protagonistas de la presentación del proyecto que llevará a cabo el compositor e instrumentalista Llorenc Barber. El concejal de Promoción de la Ciudad, Ángel Varea, y el director artístico del proyecto ‘La Ciudad Inventada’, Alfredo Tobía, han acompañado al músico en su visita a Logroño. El campanario de la concatedral de La Redonda, uno de los lugares que servirán de espacio a su actuación, ha sido testigo del encuentro.

Viejo conocido de Logroño, Barber vuelve a la capital riojana con la intención de 'sonarla' nuevamente. La primera vez fue hace ya cerca de veinte años, con motivo de su participación en Actual en un concierto en el que se tañeron las campanas de las iglesias de la ciudad. “Fue en 1989, yo era un novato y Logroño me dio la oportunidad de sonar en una ciudad que ya entonces despertaba en un urbanismo que vale la pena, que quiere recuperar la memoria de sus calles históricas”, ha confesado esta mañana Barber.

“Aquella confianza brindada -ha apuntado- nos trae ahora aquí de nuevo, aunque la iniciativa se plantea de manera más coherente”. La perplejidad que entonces provocaba un recital de campanas en una ciudad se ha convertido en aceptación generalizada. “La tecnología y la fantasía se han desplazado a la calle, mientras los auditorios se han convertido en mausoleos de memoria codificada donde conservar pero no crear”, asegura el compositor.

Será de noche y en fechas próximas a la festividad de San Juan

- “La noche del amor; no hay amor sin música”, asegura- cuando Barber ejercerá como director de orquesta de las campanas y elementos de sonido que, repartidos por la ciudad, interpretarán una partitura creada por el músico para la ocasión.

“No queremos dejar ni una campana sin sonar”, ha anunciado. Para ello, Barber solicita la colaboración ciudadana. “No va a venir un autobús cargado de especialistas”, afirma. Los campaneros que actúen en la noche sonora, armados de cuerdas como antaño, habrán de ser logroñeses voluntarios, estudiantes de la capital riojana... “Si la ciudad no es capaz de encontrar de 60 a 80 voluntarios que quieran jugarse el tipo aquí arriba y hacer músculo durante las horas que sean necesarias, el concierto no se hará”, ha advertido.

Convertir la noche de Logroño “en día, en fantasía” por unas horas motiva a Llorenc Barber. Los más de dos siglos de las torres de la concatedral de la Redonda, de sus campanarios, le inspiran para buscar “reinventar a la ciudad desde el respeto al pasado”.

No habrá amplificadores en el concierto, por lo que se recomienda que los ciudadanos dejen el coche. Ello permitirá oír mejor el estrépito de los badajos contra la cavidad de las campanas y les impulsará a recorrer la ciudad. “Queremos que la ciudad viva patas para arriba”, ha augurado Barber. Si hace falta, durante toda la noche, para que “a golpe de calcetín” la gente pasee buscando el lugar donde los “armónicos” se confundan. Sólo las campanas, la altura de los campanarios, el fresco de la noche y unos auditores “audaces” permitirán que Logroño encuentre, como en 1989, su mejor sonido.