La doble circulación para las bicicletas en Portales ha sido bien recibida por Logroño en Bici-Ecologistas en Acción, aunque, como aseguran, todavía queda mucho camino por recorrer. Lamentan que Logroño, pese a su “magnífico potencial”, se está quedando “muy por detrás de ciudades que han apostado por la movilidad sostenible”.
Y es que para este colectivo, “es un error enfocar la movilidad en bici como un conflicto entre peatones y ciclistas”. Es “un enfrentamiento artificial, puesto que ambos comparten el mismo modelo de ciudad”, un modelo opuesto a aquel que prioriza el coche.
Uno de sus miembros recuerda que la posibilidad de circular en doble sentido en Portales era una demanda histórica del colectivo desde su fundación. “Era algo que ya se hacía en la calle, sólo pedíamos que se reconociera y se regulase, porque no había otra alternativa legal para atravesar en bici el Casco Antiguo”.
Sin embargo, lamenta que, cuando empezaron a demandar ese derecho, comenzaron las multas e, incluso, apunta a que la campaña más intensiva de sanciones tuvo lugar en periodo pre-electoral, lo que atribuye a “una medida electoralista en busca del voto de aquellos que se oponen a cambiar el modelo de ciudad”.
Así, también defiende que “es falso que los ciclistas multados por la Policía Local en el último año, en el marco de una campaña municipal de control, ”hayan creado situaciones de peligro“.
MODELO DE CIUDAD
Detrás de estos cambios subyace un debate más complejo: ¿Cuál es el modelo de ciudad que queremos?. Logroño en Bici cree que la segregación de espacios, a través de los carriles bici, “es una herramienta entre otras muchas y no es aplicable a todos los contextos”. Además, se da la paradoja de que no se pone en marcha en las calles donde sí podría aplicarse, como Avenida de Burgos.
Los ciclistas van más allá y apuestan por la compartición de espacios. “Es el modelo al que hay que tender” y no a un modelo de ciudad diseñado para el coche y en el que se criminaliza al peatón ante un atropello, por cruzar por sitios indebidos, cuando sólo el 14% de los atropellos en Logroño se debe a una conducta inapropiada del peatón, aseguran.
De toda la superficie no construida de la ciudad, el 70% está destinado al tráfico motorizado y el 30 a todo lo demás (peatones, ciclistas, carril bus...). Y en vez de apostar por un modelo de pacificación del tráfico, se actúa para no tocar ese 70, lamentan. Falta, en definitiva, “voluntad política real para cumplir lo que la ciudad ha aprobado en materia de movilidad, a través del Plan Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), un plan cuya ejecución es cuestionada por Logroño en Bici.
De hecho, la doble circulación en calles peatonales era la medida de arranque del PMUS, aprobado en 2013, y “el equipo de Gobierno tenía obligación de cumplirlo para finales de 2015. Finalmente lo cumplen en abril de 2016, sólo en Portales, a prueba, y con una señalización discutible”. “El PMUS se incumple sistemáticamente, con lo que estos años son totalmente años perdidos”, critican.